El pasado 25 de octubre la familia Videla, de Monte Grande, le dio la bienvenida al mundo a Franchesco, su séptimo hijo varón consecutivo. El pequeño nació en la Clínica Boedo, de Lomas de Zamora, en perfectas condiciones de salud, y próximamente será apadrinado por el actual Presidente de la Nación, Mauricio Macri.

La situación se da ya que según lo establece la Ley 20.843, el jefe de Estado en funciones al momento del nacimiento debe convertirse en padrino del recién nacido, y garantizarle así sus gastos de educación primaria, secundaria y universitaria; entre otras cuestiones de su crianza.
Desde la familia iniciarán los trámites para que el pequeño Franchesco sea el ahijado de Macri. "Siempre estuvimos en busca de la nena, pero ya a los tres meses nos enteramos que iba a ser varón. Fue algo inesperado porque no me imaginé tener siete nenes. Le agradezco a Dios porque tengo el privilegio de ser mamá de siete varones, eso me emociona mucho", describió la madre de los siete varones, Gisele.
La tradición que se volvió ley
La ley de padrinazgo presidencial de la República Argentina tiene su base en una creencia rusa, que trajeron a nuestro país los inmigrantes. Por entonces se decía que cuando una familia tenía siete hijos consecutivos, este sería un hombre lobo, y en caso de ser mujer nacería una bruja.
En el año 1907 Enrique Brost y Apolonia Holmann, una pareja rusa que se había radicado en Argentina, tuvieron a José Brost, su séptimo hijo varón. Enviaron una carta al Presidente José Figueroa Alcorta para que lo apadrinara, y desde entonces se volvió una tradición en nuestro país. El 28 de septiembre de 1974 María Estela Martínez de Perón lo convirtió en ley.