*Por Alejandro Delgado Morales.

El balance del gobierno de Mauricio Macri tendrá un debe fenomenal, que deberá pagar toda una población, y un haber casi imperceptible, en el que relucen los trolls, las filtraciones de audios, escuchas ilegales, periodistas kamikazes del poder y disposiciones judiciales a las finas hierbas macristas. Un combo propio de la grilla de Netflix, de no ser porque constituye una dolorosa realidad.

Una dolorosa realidad expresada en cierres, desmembramientos, despidos, suspensiones y precarización laboral, con el natural impacto que esto supone a la frágil coyuntura: Alpargatas (distintos puntos del país), Zanella (Mar del Plata), Wrangler y Lee (Benito Juárez), Papelera Platense (La Plata), Papelera bonaerense Ansabo (Quilmes), Arcor (Mendoza), Estancia del Rosario (Córdoba), Metalpar (San Martín, Buenos Aires), Mielcitas (Rafael Castillo), son ejemplos de las casi 7 mil empresas que cerraron en un año.

Todos los caminos conducen a pensar que la “pesada herencia” será la próxima, por esto y porque el gobierno de Mauricio Macri quiere cerrar su período con el acelerador a fondo: Endeudamiento fenomenal, acuerdos internacionales, reforma laboral, compromisos de aquí hasta la eternidad. Son así: “El camino es este”.

Es tan sencillo hacer la cuenta prometido-incumplido de este lapso gubernamental, como que la uniformidad de incumplimientos se pueden observar en colores por HD, Smart TV, celulares y cualquier dispositivo que proyecte vídeos de Macri en campaña. El tema es que resulta tan explícito que no hay troll que pueda enmascararlo.

La naturalización de las mentiras y situaciones anormales no deja de asombrar. Pero todo es adaptable para la gestión macrista, para eso cuenta con las herramientas tecnológicas que administran muy bien y el escuadrón de otrora periodistas y medios M.

Llegará el tiempo en que se conocerá formalmente el rostro del jefe de los trolls y no faltará alguna garganta profunda de Comodoro Py que contará cómo le pasaban ilegalmente audios a trabajadores macristas de prensa. Todo llega.

Mientras tanto, la ciudadanía no favorecida por las políticas oficiales -claramente la mayoría- deberá seguir haciendo malabares diarios y apelando a la fe, solidaridad, amor propio, dignidad y búsqueda permanente.