Modificar la fisionomía de un lugar no es una tarea sencilla. Su apariencia resulta familiar para quienes lo observan con atención, pero también en esas personas que sólo lo sienten parte del paisaje habitual.

La mutación requiere de convicción, solidaridad, perseverancia y responsabilidad. Más aún cuando implica la necesidad de adaptarse a un entorno para generar un espacio compartido donde sentirse a gusto.

La plaza “Juan Manuel de Rosas” luce completamente renovada tras su puesta en valor.

La restauración del predio delimitado por las calles Baradero, Arenales, Cañuelas y Delgado es total: tiene nuevas veredas, más juegos, bancos coloreados, cestos donde arrojar residuos e incorpora un sector saludable donde entrenar.

“La labor institucional, mediante un Estado con presencia en el territorio, cobra real dimensión cuando la intervención suma el aporte de la ciudadanía apropiándose de cada propuesta para crear juntos ámbitos seguros, sanos y limpios”, describe el Intendente Andrés Watson.

La máxima autoridad distrital explica que “la puesta en valor descentralizada de áreas que la comunidad elige como punto de encuentro evita la aglomeración de personas en zonas recurrentes porque en cada localidad existen lugares con las mismas cualidades”.

La reestructuración es un proyecto que presentan “Los placeros de Santo” e integra el podio del certamen municipal #MiPlazaLimpia que interpela a los y las varelenses sobre la importancia de recuperar el espacio público.

La recompensa del concurso es materializar una propuesta que, muchas veces, representa un gran anhelo de los vecinos y vecinas. Además, complementa la implementación de políticas como la erradicación de basurales que desarrolla el Municipio.

“Es una ventaja contar con grandes pulmones verdes para elevar la calidad de vida en el distrito. Tras establecer esas condiciones, entra en vigencia un acuerdo social para sostenerlas en el tiempo”, acentúa la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Beatriz Domingorena.

Natalia Miranda funda la organización, diseña y entrega el plan de rehabilitación para un terreno que custodian desde 2017 con la realización de múltiples actividades hasta la irrupción de la pandemia como murgas, carnavales o conciertos.

“Estamos agradecidos y felices”, afirma elocuente quien persiste en la ardua misión de prolongar la transformación con la edificación de un escenario, un playón deportivo más un camino didáctico repleto de colores.