POR JORGE ELBAUM

El diputado Waldo Wolff viajó a Montevideo el 11 de junio pasado, por el lapso de un día, para participar de actividades vinculadas a la conmemoración del atentado a la AMIA. Para financiar su corto periplo, la Cámara de Diputados, presidida entonces por Emilio Monzó, le concedió un viático por $ 1.055.697,75, equivalente a 23.000 dólares, en tiempos que la divisa cotizaba a $ 46. Sin embargo, el monto prefijado para los parlamentarios que se trasladan a Uruguay asciende a 253 dólares por jornada.

El dato del dispendio de más de 1 millón de pesos proviene de una resolución firmada por el ex titular de la Cámara Baja, con fecha del 7 de junio de 2019, bajo el expediente número 0532/19  avalado por Mario Alberto Álvarez, subdirector de la Secretaría Legal y Técnica de la Dirección General de Coordinación Administrativa.

La orden de pago se registra a fojas 72 de la Dirección de Tesorería. Dicha autorización ha sido observada por los propios integrantes de la bancada de Unidos por el Cambio (Ex PRO y Cambiemos) que prefirieron no responder a las requisitorias realizadas en relación a esta anómala retribución.

Al lucrativo gasto del fugaz viaje a Montevideo se le sumó un inaudito desplazamiento, tres semanas atrás,  a los territorios ocupados por parte de Israel en Palestina. En esa ocasión, Waldo Wolff refrendó un documento público de aval a la colonización, cuestionada por el  derecho internacional público e incluso por la política exterior argentina. Dicho posicionamiento crítico a la postura anexionista no cambió siquiera durante los últimos 4 años, de “relaciones carnales” con Washington y Tel Aviv.

Durante su periplo, el ex vicepresidente de la DAIA, participó en actividades junto al venezolano  Julio Borges, autoproclamado ministro de Relaciones Exteriores del gobierno virtual de Juan Guaidó. Ambos impugnaron la decisión de la Unión Europea, que se niega desde noviembre de 2015 a importar productos fabricados por habitantes ilegales, ocupantes de territorio palestino. La UE considera que aceptar dichas importaciones  supondría una evidente legitimación del estatus colonial.

Luego de brindar su aval como diputado nacional, Wolff mantuvo una reunión con el primer ministro Bibi Netanyahu.  El viaje de diciembre último fue el segundo realizado por Wolff en Medio Oriente. En noviembre de 2016 había acompañado a Patria Bullrich como “representante del Congreso Nacional” a la cuarta Conferencia de Ciberseguridad, evento bienal de exposición y comercialización de aparatología informática y militar destinada a la seguridad. Meses antes, Bullrich había deslizado al diario Clarín que: “Estamos trabajando con la Dirección de Comunicaciones de la Corte (la ex OJOTA, encargada de las escuchas telefónicas) un establecimiento de protocolo. El otro tema al que nos estamos dedicando fuerte es el de la creación de un protocolo unificado de emergencias. El diputado Waldo Wolff lo está trabajando con expertos de distintos lugares en el mundo, para saber qué hacer y cómo operar para que no se colapsen las comunicaciones y la logística”.  En diciembre de 2018, Wolff le confirmó a Baby Etchecopar lo que muchos en el Congreso saben: “Yo también –afirmó— tengo acceso a carpetas de la vida privada de mucha gente”. (Minuto 7,20)

En ocasión del trayecto compartido con Bullrich,  se decidió la compra de materiales de espionaje por un monto de 5 millones de dólares. Además se compraron 4 lanchas militares por un valor de 49 millones de dólares. Las embarcaciones marinas del tipo Shaldag MK II fueron producidas por el astillero Israel Shipyards y han sido equipadas con armamento de guerra (cañones de 25mm y 20 mm,  inútiles para las tareas de control fluvial comunicadas por la ex ministra). La empresa naviera Israel Shipyards, con la que Bullrich y Wolff negociaron en noviembre de 2016, fue acusada en 2018 por malversación de fondos y actividades de corrupción por la venta de embarcaciones a Nigeria, similares a las adquiridas por Argentina.

Los restantes viajes de Wolff fueron a Estados Unidos.  En marzo de 2016,  el erario público le financió el periplo a Miami, donde participó del Segundo Encuentro Latinoamericano sobre Israel. En abril de 2017, la presidencia de la Cámara avaló su traslado a Nueva York para participar del Congreso Judío Mundial, y en enero de 2018 viajó nuevamente para dar una conferencia en Miami sobre el Caso Nisman. Como era de esperar, en esta ocasión aprovechó la oportunidad para acusar a Cristina Fernández de ser la responsable del «homicidio» del fiscal. Además de los 230.000 dólares de la orden 0532/19, el mediático legislador logró recaudar otros 4600 dólares en sus restantes viajes. Según sus colegas del PRO, el futuro proveerá algunas sorpresas sobre sus viajes.

En una muestra indudable de probidad ciudadana, Waldo Wolff presentó la semana pasada un proyecto para reducir “el costo de la política”. Además cuestionó airadamente a la nueva Ministra de Seguridad, Sabina Frederic, por sus intenciones de revisión administrativa de los peritajes demandados por Patricia Bullrich a sus subalternos de la gendarmería en relación al caso Nisman. La antigua máscara viciada de la moralidad pseudo-republicana parece no tener límites.

Fuente: El cohete a la luna