Dr. Jorge Zorzopulos explicó por AgenHoy radio de qué se trata el proyecto para construir una industria farmacéutica interprovincial basada en la plataforma científica original enteramente desarrollada en nuestro país.

 La Ley de Patentes de Invención n° 111 de 1864, que rigió hasta la sanción de la Ley de Patentes Farmacéuticas de 1995, permitió durante muchas décadas que laboratorios nacionales copiaran la formulación de las composiciones farmacéuticas desarrolladas por laboratorios extranjeros sin trabas y sin pagar por ello regalías. Al amparo de esta ley, surgieron y se desarrollaron numerosos laboratorios Nacionales tales como Laboratorios Roemmers (1921), Laboratorios Bagó (1934), laboratorio SIDUS (1938) etc.  Estos laboratorios, se aprovisionaban de materias primas importándolas mayoritariamente de países que no reconocían patentes de invención como Hungría, Italia y España y llegaron a tener una participación en el mercado del 56,9 % que se redujo al 48,5 % después de la regulación del mercado en la década del 90. 

Esta participación predominante en el mercado farmacéutico de los laboratorios nacionales no se tradujo en la creación de departamentos de desarrollo científico que, en colaboración con el bien desarrollado sistema científico nacional, condujeran a la creación de fármacos novedosos que permitieran la expansión hacia los principales mercados mundiales (EEUU, EUROPA, CANADA, AUSTRALIA, JAPON etc). Sin embargo, en el año 1981, muy poco después de la realización del primer ensayo que dio origen a la ingeniería genética y al establecimiento de las primeras compañías internacionales basadas en esta tecnología, se creó un grupo de científicos, dentro del laboratorio SIDUS, con el objetivo de obtener proteínas recombinantes de uso farmacéutico. Poco después, esta experiencia llevo a la creación de la primera empresa argentina de biotecnología denominada BIOSIDUS. Posteriormente el laboratorio PABLO CASSARA en asociación con GENARGEN, una pequeña empresa compuesta por algunos de los científicos que originalmente participamos de la creación de BIOSIDUS, fundamos la empresa PC-GEN y concomitantemente los primeros laboratorios de investigación de la FUNDACION PABLO CASSARA. De allí en más, varias empresas de biotecnología en relación con la industria farmacéutica fueron creadas por lo cual nuestro país produce actualmente un número considerable de productos farmacéuticos biotecnológicos para abastecer el mercado interno y para exportar.  

 Sin embargo, quedaba aun trunca la posibilidad de desarrollos farmacéuticos originales en nuestro país. Para saldar esa deuda, creamos en el año 2000 una nueva empresa, IMMUNOTECH, cuyo objetivo era desarrollar fármacos originales (patentables a nivel internacional). La sociedad se constituyo en partes iguales con tres científicos, dos de los cuales exsocios de PC-GEN, y un socio inversor con amplia experiencia en la industria farmoquímica nacional. Nos avocamos mayoritariamente a la exploración del potencial de pequeños ácidos nucleicos como reguladores de la respuesta inmune (un concepto muy novedoso en aquella época). Es así como descubrimos que un pequeño ácido nucleico sintético, que denominamos IMT504, tenia propiedades muy prometedoras como adyuvante para vacunas. Basado en este conocimiento presentamos y obtuvimos nuestra primera patente a nivel internacional. 

Asímismo, publicamos varias contribuciones científicas sobre el tema (ver Bibliografía). Posteriormente, descubrimos que el IMT504 estimulaba “in vitro” e “in vivo” la multiplicación de células madres de la medula ósea. Este descubrimiento fue muy importante porque por ese entonces se comenzó a utilizar experimentalmente el trasplante de esas células para mejorar la condición de animales de laboratorio representativos de múltiples enfermedades humanas, varias de las cuales aún no poseen ninguna terapia efectiva. Por lo tanto, comenzamos a investigar el potencial del IMT504 como agente terapéutico en varios de esos modelos animales mayormente en colaboración con laboratorios de investigación principalmente de nuestro país . Estos trabajos, confirmaron el valor terapéutico experimental del IMT504 en Sepsis, Diabetes, Alzheimer, Esclerosis Múltiple, Dolor Neuropático, Fibrosis Hepática, Asma y Retinopatías. Paralelamente realizamos estudios preclínicos de toxicidad, que demostraron que el IMT504 posee muy baja toxicidad dentro del rango de actividad terapéutica además de propiedades fisicoquímicas que facilitan su formulación, conservación y aplicación terapéutica.

Actualmente, está en desarrollo la fase 1 de investigación clínica. Una vez terminada esta fase, se abre la posibilidad de varios ensayos clínicos de fase 2 en diversas patologías.

 Para comprender el mecanismo de esta acción múltiple del IMT504, realizamos una serie de estudios que indicaron que el fármaco actúa activando un centro neurálgico de la homeostasis orgánica, que a su vez activa un complejo entramado celular que puede resolver condiciones medicas complejas muchas de las cuales no tienen solución dentro del arsenal terapéutico actualmente disponible.

 Es importante entender que, por su mecanismo de acción, el IMT504 se diferencia fundamentalmente de la mayoría de las drogas diseñadas para actuar en alguna fase especifica relacionada con la patogenia de una enfermedad determinada.  Por lo tanto, el IMT504 es una plataforma que permite el diseño y desarrollo de múltiples medicinas dedicadas a diversas patologías, muchas de las cuales, como antes se mencionó, carecen actualmente de tratamiento efectivo (Sepsis. Alzheimer, fibrosis hepática y ocular etc).  Cada una de esas medicinas contendrá una dosis adecuada del principio activo, excipientes y una forma de aplicación específica para cada patología. También podrá combinarse con otras drogas complementarias.

 Esta característica del IMT504 es única, y podría facilitar sustancialmente la creación de una empresa nacional, interprovincial publico privada, para la fabricación, venta y exportación de medicamentos originales, cerrando un ciclo muy importante para la industria farmacéutica nacional y para la relación integral de buena parte del sistema científico con la industria.

 Actualmente, el sistema científico técnico nacional es de muy buena calidad, pero la demanda de novedades de parte de la industria farmaceutica, es muy limitada. Un ejemplo reciente es ilustrativo de del potencial de la asociación entre lo académico y lo industrial es el desarrollo de una excelente vacuna contra el COVID19 en la que intervinieron varias entidades publicas y privadas, entre ellas el laboratorio PABLO CASSARA y la UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN (Provincia de Bs As).

Está claro que el proyecto aquí esbozado va a contramano del actual abandono sufrido por el sistema científico tecnológico e industrial por parte del gobierno nacional y por lo tanto constituye un importante argumento para quienes luchan desde las provincias por un futuro mejor y más federal.

Texto del Dr. Jorge Zorzopulos.

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