El consejo directivo de la CGT analizó en reunión por teleconferencia la caída de la actividad por el Covid-19 y el impacto en los diferentes sectores sociales. Uno de los momentos más tensos fue la evaluación general de que a la fecha se mantiene la incertidumbre sobre el cobro de los salarios de abril para 5 millones de trabajadores en los primeros días de mayo.

Daer también hizo referencia al sector de los trabajadores de Sanidad que representa. "El escenario se agrava cuando consideramos que si no se cuida a los trabajadores de la salud, no habrá forma de salir de esto. Por más que se construyan nuevos hospitales, no vamos a tener quiénes los atiendan".  

La emergencia en el sector de salud completó el menú más relevante del debate que se comandó desde la sede de Sanidad a través de los titulares de Azopardo, Héctor Daer y Carlos Acuña. Enfatizaron en tono crítico que se "sigue esperando la implementación de las medidas que se anuncian. Las respuestas deben llegar a tiempo para atender las necesidades y la coordinación de las distintas áreas de gobierno debe funcionar armónicamente", reseñaron en un comunicado. Allí propiciaron constituir de inmediato "un comité interministerial con participación de trabajadores y empresarios, que gestione la crisis sanitaria en los tiempos necesarios", consignó el texto.

Antes del cónclave virtual hubo un antesala de la toma de postura. "Se tienen que garantizar ingresos y puestos de trabajo. En las obras sociales se aprecia una brutal caída de la recaudación que es preocupante para su funcionamiento y cobertura sanitaria", expresó Daer. La preocupación es que muchos empleadores han dejado de hacer efectivos los aportes jubilatorios de su personal, cuestión que agita preocupaciones. Además de los titulares de Azopardo estuvieron presentes en la mesa de Sanidad, Andrés Rodríguez ( UPCN) Víctor Santa María (Suterh), Gerardo Martínez (Uocra) y José Luis Lingeri titular de Obras Sanitarias.

La CGT ratificó que respalda la decisión del Gobierno para priorizar las necesidades del pueblo "por sobre los intereses mezquinos y especulativos de los acreedores internacionales" y acotaron que "hoy como nunca sufrimos en carne propia tantos años de desmantelamiento del Estado y el apoyo al mercado financiero en desmedro de las necesidades de nuestro pueblo".

La mirada crítica también estuvo focalizada en no permitir que la pandemia sea "oportunidad de negocio" para nadie. Si bien contemplaron la necesidad de apoyar el financiamiento de las empresas realzaron que "los trabajadores necesitamos tener garantizados los ingresos mientras dure la emergencia". Allí en contexto político enfocaron a los gobernadores como primer escalón de articulación de las políticas centrales y mantener las prioridades establecidas a nivel nacional.