En agosto, Francisco dirige su mirada a las familias, y pide a los cristianos poner sus intenciones de oración en favorecer verdaderos “laboratorios de humanización”, ya que las familias son la mejor herencia posible que podemos dejarle al mundo futuro. 

“Cuidemos las familias porque son verdaderas escuelas del mañana, son espacios de libertad, son centros de humanidad”, expresa el Pontífice. 

Los datos que arrojan algunos informes oficiales indican que, en la Unión Europea, el 16% de las familias son monoparentales (formadas por un progenitor y sus hijos). En Estados Unidos, por otro lado, estadísticas de hace 3 años revelan que el 44% de las parejas están casadas, mientras que se ha detectado un aumento de las personas que viven solas (20%) o en pareja (8%).

En Latinoamérica, se destaca el caso de Colombia, donde se ha registrado el mayor número de parejas que viven fuera del matrimonio en una proporción del 35%. Una tendencia que parece común al resto de países de esta latitud. Además, el 27% de los hijos viven en hogares monoparentales. 

La intención de oración del Papa, en este contexto, apunta a rezar y a cuidar a las familias, las “verdaderas escuelas del mañana”. Su mensaje es una llamada para que las familias se orienten al diálogo, al compartir y a vivir experiencias juntos, a aprender a acogerse y perdonarse, ya que son ellas las que “constituyen el primer lugar donde el ser humano aprende a amar”.