El hambre en esta Argentina no es un eslogan como “pobreza cero”, ni tampoco la apertura de fronteras a la basura del mundo se asemeja a la prometida llegada de inversiones extranjeras. Hambre y basura son datos de una realidad cultivada por el gobierno de Mauricio Macri, que sabe y siente que transcurre el fin de ciclo, pero hace forzados gestos y parece esmerarse en liquidar y dejar una pesada de herencia, pero en este caso de verdad.

Suerte de cavernícolas inescrupulosos, léanse voceros oficialistas, asoman su odio y pertenencia de clase superior no sólo para defender la gestión macrista -en todo caso lógico- sino que salen al toro para provocar, porque está claro que la línea dura de la gestión no se guarda ningún cartucho.

“Provocar es buen negocio cuando se está débil”, aseveró uno de los estudiosos del mal que habita la Casa Rosada, seguro integrante del club de fans del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba.

Cuando el secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, desparrama en los medios periodísticos que la emergencia alimentaria reclamada desde los cuatro puntos cardinales de la sociedad “parece un eslogan de campaña”, no hace otra cosas que dejar fluir veneno y provocar. Provoca con tono culturoso e impunidad.

Si la conducción de la Iglesia Católica, Organizaciones no Gubernamentales y referentes reconocidos, todos libres de sospechas electoralistas, pidieron al gobierno que atienda de inmediato la problemática del hambre en amplias franjas del país, hay que ser energúmeno, torpe o vaya a saberse qué para no prestar debida atención.

No se trata de números ni de porcentajes, se trata de no jugar con la vida de la ciudadanía más vulnerable. No reconocer un problema visible, palpable, doloroso, como es la necesidad básica de poder alimentarse resulta un golpe a la razón.

El caso de la relación gobierno-basura sorprendió en estos días; queda claro que Macri está dispuesto a concluir su gestión a pura sorpresa, tanta sorpresa como que en su derredor sostienen que en las elecciones del 27 de octubre “romperá el PRODE” (PRODE, Pronósticos Deportivos del fútbol que nacieron en los 70 y se esfumaron 46 años después). Aunque, saben, que eso tiene más de quimera, de fantasía, que otra cosa.

Macri dispuso por decreto -goza con los decretos, cuentan allegados- alterar los aspectos reglamentarios de la Ley de Residuos Peligrosos y así permitir el ingreso de “sustancias y objetos” procedentes de otros países para que puedan ser utilizados para otras finalidades o para los que exista un mercado o demanda específica.

“La norma es preocupante porque elimina el requisito de inocuidad y peligrosidad de origen, entonces cómo podemos estar seguros de que no ingresen residuos peligrosos. Incluso va en contra de lo que establece la Constitución Nacional. No se puede entender, además, que atenta contra la generación de reciclables del propio territorio”, advirtió el abogado ambientalista Enrique Viale al portal Infobae, de igual forma que una catarata de especialistas.

¿Cuál será el siguiente capítulo de la serie Macri en Netflix? No alcanzaron los guarismos de las PASO. A quemar las naves piensan en el seno presidencial.

Alejandro Delgado Morales.

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