Según datos oficiales de la Ciudad de Buenos Aires, la canasta escolar sufrió en enero aumentos que promediaron el 5,4%, mientras que la inflación de la Ciudad fue del 2,4 por ciento. Pero a nivel interanual (enero 2019 – enero 2020), las estadísticas de CABA advierten una suba del 60,5%, mientras que la inflación del período fue del 48,6 por ciento.

En la misma línea, aunque con guarismos más bajos, estuvo el relevamiento de la ONG Consumidores Libres, que marcó una suba del 52% para la canasta escolar de la Ciudad.

La Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en su medición mensual de “la inflación de los trabajadores”, apuntó: “’Educación’ fue el capítulo de la canasta que más trepó en enero (4,8%), lo cual se debe a fuertes alzas en útiles escolares de cara al inicio del año lectivo”.

“El consumo es igual de mediocre que el año pasado. Si bien el público recién se concentra en los últimos días de febrero y principios de marzo, con 40 años de experiencia en el rubro, ya puedo ver que será muy similar al del año pasado. Los changos no salen llenos”, razonó el presidente de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (CAPLA), Daniel Iglesias López.

Para el dirigente, la inflación del sector no es el principal problema. “Los precios son un bochorno, pero ese no es el foco del problema. El gran tema es que no podés competir con la comida”, advirtió.

En un contexto de crisis económica, las prioridades de las familias pasan por satisfacer las necesidades básicas. “La gente compra lo esencial para que los chicos puedan ir al colegio, pero no son esos los productos que más ganancia dejan”, afirmó.

El programa Precios Cuidados (PC) tiene una lista de 138 productos de esta canasta, que se pueden adquirir en distintos puntos de venta. Sin embargo, no han logrado contener la aceleración.

“No se puede comparar el impacto que tiene PC en alimentos del que tiene en un rubro como este. La mayor virtud del programa en nuestro sector es que da certezas. Te da la certeza de que un lápiz negro sale $ 15. Da tranquilidad, pero hay otros lápices que salen lo mismo. Entonces, en definitiva, no es tan relevante. Es distinta la comida a la venta de útiles”, explicó Iglesias López.

El relevamiento de Consumidores Libres incluye también indumentaria escolar.

Este ítem tuvo aumentos por un 56%, con respecto a enero de 2019. Un combo de zapatillas de lona y guardapolvo oscila los $ 1510, contra $ 960 del año pasado.

En cuanto a útiles, el relevamiento realizado por la entidad creada por el exdiputado Héctor Polino indica que las subas más importantes se dieron en: Voligoma, con un 97%; Cuaderno Gloria de 48 hojas, 88%; Lápices de madera por 12 u Pelikán, 70%, y Sacapuntas metálico, 61 por ciento.

“Lo único bueno es que el útil es barato. Los útiles elementales son baratos. Para escolaridad media, con 800 o 900 pesos, podés mandar un chico a la escuela. El útil es barato, si se lo traslada a los 12 meses, son menos de $ 100 por mes”, calculó Iglesia López.

Finalmente, el especialista dio dos recomendaciones: “Confíen en el librero de barrio, que estamos preparados para asesorar, recomendar y hacer una compra inteligente”, y “Cambiemos el chip: no lo pensemos como un gasto, sino como una inversión; un país sin educación, es un país sin futuro”, propuso el empresario.