Aumentó un 128 por ciento en ese territorio, con 9.603 vendedores en un puñado de municipios de la Provincia. Según un relevamiento de la CAME, en el primer semestre de 2017 había 4.209 puestos.
Cada vez son más las personas que trabajan como manteros en el Conurbano bonaerense, a tal punto que en los últimos seis meses la actividad creció un 128 por ciento en ese territorio, con 9.603 vendedores en un puñado de municipios de la Provincia.
Según un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en el primer semestre de 2017 había 4.209 puestos de manteros en el Gran Buenos Aires, por lo que hoy son más del doble, alcanzando niveles que el sector no tenía desde finales de 2015.
Estos más de 9.600 vendedores representan el 50 por ciento de los casi 19.300 que existen a lo largo del país, es decir que uno de cada dos puesteros están instalados en el Conurbano, según publicó Diario Popular.
Pese a haberse reducido la actividad en unos 3.000 manteros a lo largo de 2016 y otros 2.000 en el arranque del año pasado, el repunte actual (de más de 5.000 trabajadores) se explica por la migración tras los desalojos en algunos sectores de Capital Federal como Once y Liniers, por lo ocurrido en la feria La Salada de Lomas de Zamora, así como el cierre de muchos comercios que atravesaban dificultades económicas.
La CAME consideraron a este aumento "preocupante para el comercio formal", debido a que "termina destruyendo puestos de trabajo genuinos", pero en Vendedores Libres, la entidad que agrupa a los manteros, plantearon que "la solución es reconocer al vendedor como alguien que vive de eso, hacer un censo y distribuir a todos en diferentes cuadras con un permiso".