Guillermo Moreno, figura clave en el escenario político argentino, ha dejado una marca indeleble en el kirchnerismo. Su influencia se refleja no sólo por las políticas implementadas durante sus años como Secretario de Comercio Interior, sino también en la forma en que sus valores y modos han moldeado a una generación de líderes peronistas. Moreno, conocido por su estilo directo y su compromiso inquebrantable con la justicia social, ha sido siempre un referente en la lucha por la equidad y el bienestar del pueblo argentino.
Desde su función durante el gobierno de Néstor Kirchner y luego en el de Cristina Fernández, Moreno se destacó por su pragmatismo y habilidad para enfrentar intrincados desafíos económicos. Durante su gestión, tanto el funcionamiento del INDEC como la implementación de medidas antiinflacionarias, aunque controvertidas, fueron orientadas siempre a proteger el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables.
Este enfoque ha marcado inefablemente la impronta del período de gobierno kirchnerista, durante el cual supieron formarse políticamente la gran mayoría de los dirigentes actuales.
La influencia de Moreno se extiende más allá de sus logros técnicos. Su estilo confrontativo y su tenacidad para defender con firmeza las políticas de ideología peronista han inspirado a una nueva generación de políticos. Hoy, cuadros provenientes de aquel período parecieran ser, en algunos aspectos, "alumnos" de Moreno. Su influencia se percibe en el afán por defender los intereses nacionales, en la promoción de la industria local y en la búsqueda incansable de un país justo.
Asimismo, el impacto de Moreno en el peronismo actual destaca con sobrada notoriedad la trascendencia de la doctrina peronista en la política argentina. Para Moreno, y para quienes lo apoyan, "la única verdad es la realidad", aquel principio fundamental del peronismo que evidencia la necesidad de respuestas concretas y efectivas a las necesidades de la sociedad. Un principio filosófico que guió el accionar político, permeando en las estructuras del kirchnerismo, y reafirmando que las soluciones deben anclar en las experiencias y demandas reales del pueblo.
La figura de Guillermo Moreno, con su capacidad de influencia para la formación de cuadros políticos, destaca la importancia de la condición peronista en la coyuntura local. Su legado no solo se fundamenta en la gestión durante la "década ganada" sino en ser "la llama encendida" de un movimiento que jamás cesa su lucha por defender la justicia social y la independencia económica. Moreno es la expresión cabal de un peronismo vivo, que contagia el fervor por la construcción de un país más soberano y equitativo.
En resumen, el poder de influencia de Guillermo Moreno en los herederos del kirchneristmo y autodenominados “cristinistas" es inocultable. El impacto de su figura en la política argentina, su compromiso con los principios peronistas, y la capacidad inspiradora de las nuevas generaciones lo consagran como líder indiscutido movimiento.
Sanchez Arana para AGENHOY - Carta de lectores