El oficialismo en la Cámara de Diputados apurará el debate con el propósito de convertir el mes que viene en ley el proyecto que modifica el financiamiento de los partidos políticos. Con esa intención Cambiemos convocaría a una reunión de comisión la semana próxima con el objetivo de emitir dictamen a fines de abril y dejar al texto en condiciones de ser tratado durante la primera semana de mayo. Desde ya, con el cronograma electoral encima, el oficialismo apostará a que el proyecto de ley se apruebe sin modificaciones y sea puesto en vigencia antes de que comience oficialmente la campaña presidencial.

Uno de los puntos principales del proyecto es que habilita los aportes de empresas a los partidos políticos y a sus campañas electorales. Hoy esta posibilidad está vedada, por lo que los partidos solo pueden recibir, más allá de aportes particulares, financiamiento del Estado. La iniciativa impone un tope: cada empresa podrá aportar hasta el 2% del total del gasto de campaña.


En principio el proyecto del Poder Ejecutivo elevaba esa cifra al 5% pero durante el trabajo en el Senado se acordó disminuirlo tres puntos porcentuales. Más allá del consenso logrado en la Cámara de origen, los asesores de los principales bloques aseguran que el punto generará debate en la Cámara baja. Por ejemplo, el bloque del Frente para la Victoria, que conduce Agustín Rossi, por ahora se ha pronunciado en contra al financiamiento privado de las actividades partidarias al advertir que los partidos políticos y sus referentes podrían resultar cooptados por las empresas y sus intereses.


Elisa Carrió comparte, junto a su bloque, la mirada de Rossi y también se opone a esa modificación.


Más allá de la posición de Carrió, desde el oficialismo aseguran que la diputada de Coalición Cívica acompañará el proyecto en general y, en el peor de  los casos, votará de forma negativo el artículo que se refiere puntualmente a los aportes de las empresas.