Se trata de un mal que afecta a una de cada ocho mujeres.

 En los cinco últimos años, la cantidad de casos subió 16%, afectando a 21 mil personas.

Pero también mejoraron considerablemente las tasas de curación y sobrevida gracias a los tratamientos “personalizados”, que permiten encarar la batalla con mayor firmeza.


Entre los avances se destacan las “terapias de blanco molecular”, que permiten enfrentar con mayor precisión cada tumor. Siempre es clave el diagnóstico precoz.