"Muchos han oído hablar de Helen Keller, la primera mujer sordociega que obtuvo un título universitario. Fue una gran oradora, política, activista social de los derechos de las mujeres y de las personas con discapacidad. Pero quien la ayudó desde niña fue su maestra Ann Sullivan."

Así comenzó Analía Romero su columna en #BienestaryOtrasYerbas en homenaje al día de la mujer. Contó que "de niña tuvo muchas desgracias en la familia, era huérfana y sus hermanos también habían fallecido. Y tuvo una patología visual que la dejó con baja visión."

"Una discapacidad que para esa época, mediados del 1800, era muy difícil para una mujer, y en especial sola", agregó.

Relató que Ann estudió de todos modos y se recibió de maestra de niños ciegos. "A los 20 años conoció a Helen Keller, cuya familia estaba desesperada. No la habían podido alfabetizar, la tenían como una niña salvaje, sin contacto con la sociedad. Ann la alfabetizó con mucha paciencia y amor, cuando Helen tenía 7 años. Aprendió Braille y muchos idiomas, incluso a hablar. Y continuaron juntas toda la vida, hasta que Ann Sullivan murió en 1936."

Finalizó diciendo que "cuando muere Hellen en 1968 juntaron las cenizas de estas 2 grandes mujeres y las depositaron en la catedral de Washington."

"Ann se convirtió en una de las mujeres más importantes en la historia de la discapacidad."

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