La columna del psicólogo social, Esteban Tancoff, por AgenHoy radio. Hace ochenta mil años, (yo no había nacido), se dispersaron por la superficie de la tierra, los seres humanos, creando lenguajes, etnias y algunas diferencias biológicas tales como el color de la piel, hoy comienzan a entender que deben ponerse de acuerdo porque habitan la misma tierra, aunque las guerras y las desigualdades indiquen lo contrario.
La postergación de acuerdos intra-nacionales son el resultado de políticas autocráticas, disfrazadas de democráticas con un ropaje que esconde esqueletos descarnados que utilizan la confrontación como herramienta para mantener un
poder, que resultará ilusorio, cuando el lenguaje y la comunicación deje de irse a la mierda (perdón por la expresión).
El escenario político de nuestra querida Argentina, resulta estrecho para quienes expresen su deseo de generar un espacio de diálogo, que finalice la confrontación entre el Gobierno y el Parlamento para así poder dirigir sus esfuerzos produciendo legislación que impulse la educación, el desarrollo científico, la innovación y la transferencia de tecnología, para que redunde en una economía sustentable, que integre el desarrollo económico con la protección del medio ambiente y el bienestar social.
Este 20 de noviembre se festeja el día de la soberanía, concepto fundamental en el derecho internacional para la organización política de los países, muchas veces burlado por el poder financiero concentrado que elige la tarjeta roja o amarilla de acuerdo a sus propios intereses, muchas veces con la complicidad implícita de los poderes vernáculos, sabemos que sin desarrollo no hay soberanía, un buen momento para reflexionar sobre el significado de las cadenas que arrojaron al rio Paraná, argentinos defensores del estatus de Nación, con orgullo de serlo, más allá de ganar o perder una batalla
En definitiva, no estamos haciendo otra cosa que mirar el espectáculo, algunos desde la platea y otros desde el gallinero y muchos otros esperando en la puerta que le demos una moneda, una moneda, para el pan de cada día, las opciones no
son muchas. y aunque sea una frase trillada repetimos: soberanía dependencia. Mas claro no puedo decirlo.
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