*Por Jorge Joury

Es probable que hoy casi ningún político en la Argentina tenga tanta cintura para prolongar el suspenso y mantener el fervor entre su tropa. Por eso, los que dicen que a Cristina Kirchner la couchearon para la presentación de su libro, se equivocan.

Ella es un animal político y juega con la velocidad de un rayo. Su instinto la está llevando a elegir un nuevo camino. Por ahora, es el del suspenso. Las miles de personas que fueron hasta La Rural, los más de 800 invitados al salón Jorge Luis Borges y la otra multitud que siguió su discurso por canales de aire, de cable y hasta por streaming, se quedaron con las ganas de ver a una Cristina Kirchner candidata. Es evidente que está dispuesta a jugar a la tapadita hasta el último minuto que le permita la ley electoral. Es una manera de decir que sigue siendo "La jefa" y atemorizar a Comodoro Py, para que no le manden la caballería.


Cristina sorprendió a la Casa Rosada, que aguardaba un discurso de alto contenido político, confrontativo y con definiciones duras. Esta Cristina se colocó otra vestimenta, tal vez dispuesta a demostrarle a la parte del electorado que la detesta, que ella no es "la oscuridad", como sostiene Mauricio Macri.


Esta vez, la ex presidenta se tomó apenas 35 minutos de oratoria y sin rostro circunspecto, sonrió con agradecimientos vinculados a su libro.

Dejó alguna crítica volada al modelo económico macrista, pero nunca nombró al Presidente. Es más, ensayó una respuesta indirecta a la invitación de Macri a firmar un consenso de diez puntos que abarque a todo el arco político, empresarial y sindical. Con la intención evidente de subir la apuesta, Invitó a avanzar hacia “un contrato social de ciudadanía responsable”. No obstante, mencionó al pasar, con ironía mansa, “una época de grandes acuerdos”, pero dijo que éso no es suficiente hoy para resolver los problemas de la Argentina.


Cristina rescató el pacto firmado en 1973 entre empresarios y sindicalistas con el aliento del ministro de Economía de Héctor Cámpora y Juan Perón, José Ber Gelbard. Y destacó un discurso poco recordado de Perón, el que pronunció por cadena de radio y televisión en la mañana del 12 de junio de 1974. “Criticó a los especuladores que medraban con la miseria y con el hambre del pueblo”.


Otro de los temas con los que sorprendió, fue el elogio a Donald Trump por la marcha de la economía en Estados Unidos. Lo hizo para ironizar acerca de que el actual gobierno debería copiar esas recetas en lugar de ajustar. Casi una anécdota, para mostrarse también capaz de enviarle una especie de señal a Trump desde otra orilla ideológica.


Cristina le paralizó el pulso a sus detractores, ya que el suyo fue un discurso sin agresiones. Hasta apostó a un tono menos áspero que el de varios tramos de su propio libro y ni siquiera nombró al FMI.


La ex presidenta eligió solo tres números para su discurso. El primero, la cantidad de planes sociales que existían cuando Néstor Kirchner asumió, el 25 de mayo de 2003: 2.300.000. El segundo, la cantidad que había cuando ella terminó su mandato: 207 mil. El tercero, los de hoy: 467 mil. Su conclusión es que los gobiernos kirchneristas generaron trabajo. El plan del contrato a futuro, y según lo que CFK recogió de la historia, consistiría en un acuerdo social.


También hubo una caricia a su actual equipo con el agradecimiento a Alberto Fernández, que la escuchó sentado en primera fila entre la abuela de Plaza de Mayo Estela Carlotto y la madre de Plaza de Mayo Taty Almeida.
Hubo también un guiño que acaso no sea solo histórico. Fue el reconocimiento a los planes sociales que en la situación de emergencia desarrollaron “el doctor Duhalde” (así mencionó a quien en 2005 apodó “El Padrino”) y “su ministro Roberto Lavagna”.


“No es el Talmud, la Biblia y el Corán”, dijo sobre su libro. “El libro es para discutir a partir de la experiencia.” Agregó: “Es imposible resolver bien si no se entiende la magnitud, la densidad y la profundidad de los problemas”. Su habitual crítica de la manipulación estuvo ausente. Incluso trató de mostrar la complejidad de la situación social cuando dijo que hasta chicas humildes hablan hoy contra los supuestos planeros y choriplaneros.


Si CFK mantiene este discurso peroniano, y si el 22 de junio termina encabezando la principal lista opositora, las claves de campaña parecen claras: evitar las formas agresivas y no engancharse en el discurso de Macri. Más bien dejar que el Gobierno se siga hundiendo y, mientras tanto, insistir en el contrato de ciudadanía, o sea de ejercicio de derechos exigibles al Estado.


A Cristina se la vio satisfecha con ser autora y el fenómeno editorial que provoca su libro convertido en un bestseller. Sus palabras llegaron en el lanzamiento de su libro "Sinceramente", para coronar un éxito de ventas en un contexto de profunda crisis en la industria editorial, que fue mencionado por la propia presidenta de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano al introducir el discurso de la exmandataria. "Quiero felicitarla por ser la primera mujer presidenta en su cargo, es una buena señal: autora y presidenta", dijo la senadora al empezar su discurso con un guiño al auditorio.


Otro de los hechos para mencionar en las horas de inclemencias bajo la lluvia, es que el fenómeno de su feligresía militante está viva como ayer, dispuestos a seguir siéndole fiel. El militante no ve ni cree en las causas judiciales, pero respetará lo que ella decida. Algunos en su entorno reconocen hoy que el factor personal pesa mucho en la futura decisión que tome. La preocupa mucho el deterioro de la salud de su hija Florencia.
¿Y si el día antes del 22 de junio se produce un renunciamiento histórico?. Si da un paso al costado, seguramente la historia la recordará con un sentido más piadoso. Y sobre todo, coronará su sueño que no gane Macri y el peronismo vuelva al poder.


Cristina hoy es la dueña de las fantasías y los signos de interrogación. Cuando abandonó la Rural, apenas si se encargó de "dirigir" con sus dedos índice los cánticos que llegaban desde abajo y poco más. Ni una palabra. Y así se agotó una jornada que, desde que se anunció la presentación, acumuló expectativas, hipótesis y prelecturas.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónicoesjorgejoury@gmail.com. Para consultar su blogs, recurrir al sitio: Jorge Joury De Tapas.