Las últimas estadísticas que surgen del mundo laboral establecen que dos de cada tres nuevos desocupados son mujeres. Así lo advierte un trabajo realizado en base a los datos publicados por el Indec. Respecto a un año atrás, hoy hay 72 mil nuevas desocupadas mujeres y 38 mil nuevos desocupados varones. Este medio dialogó al respecto con la economista Candelaria Botto, de "Economía Feminista".

 

 

La crisis en el mercado de trabajo impacta en todos los sectores, pero fundamentalmente ataca a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad. Es así, que sin un Estado que intervenga activamente, la desocupación creciente hace eje especialmente en las mujeres.

Según un informe elaborado por el CETyD de la Universidad Nacional de San Martín, los salarios se encaminan a perder un 13% este año. "Con el objetivo de compensar esa caída de los ingresos de los hogares, 240.000 personas salieron a buscar trabajo".
"Ese fenómeno se explica exclusivamente por el comportamiento de las mujeres", señalan. Es que "de las 240.000 personas que salieron a buscar trabajo, 200.000 fueron mujeres" precisó el informe, en base a los datos difundidos por el Indec.

Pero como el mercado de trabajo ha tenido un dinamismo insuficiente para satisfacer las necesidades del total de la población, poco más que la mitad de las personas que salieron a buscar trabajo lo consiguieron.
Por ello 2 de cada 3 nuevos desocupados son mujeres y "respecto a un año atrás, hoy hay 72 mil nuevas desocupadas mujeres y 38 mil nuevos desocupados varones".

 

La economista Candelaria Botto se refirió a la llamada 'feminización de la pobreza': "Siete de cada diez personas del grupo poblacional con menores ingresos sean mujeres, representa la posición diferenciada que tenemos por nuestro género en este tema", y añadió: "Esto tiene que ver con el rol reproductivo de la mujer; una de las mayores fuentes tiene que ver con el trabajo doméstico no remunerado, el cual está invisibilizado, no pasa por el mercado pero ocupa tiempo y esfuerzo y nos quita horas para trabajar, formarnos o disfrutar del tiempo libre".

 

"Los últimos datos de INDEC de 2013 respecto del uso del tiempo indica que en promedio gastamos más de seis horas en estos trabajos, por ende ya tenemos una jornada de trabajo no reconocida en el hogar, y estamos obligadas a la hora de entrar al mercado laboral a empleos de menor cantidad de horas y sueldo", señaló la experta en economía feminista al tiempo que agregó: "No sólo tenemos mayor tasa de desocupación sino que los trabajos que conseguimos son distintos, con sueldos promedio más bajos; los sectores feminizados -enfermería, docencia, servicio doméstico- tienen salarios menores a los de otros sectores masculinizados -construcción, industria, etcétera".

 

Asimismo, Botto manifestó que el sector de servicio doméstico es el más golpeado de todos: "La paritaria se acordó por 100 pesos la hora".

 

"Cuando se habla de igualdad salarial, respecto del proyecto de equidad que presentó el Ejecutivo a principio de año, se habla de a igual tarea igual salario; eso es una realidad, pero la otra realidad es que conseguimos trabajos distintos, es decir, un CEO de una empresa va a ganar más que una secretaria, por supuesto; los CEOs mayoritariamente son varones y las secretarias mayoritariamente son mujeres", dijo la economista y puntualizó: "Es importante que haya una redistribución de esas tareas para hablar de igualdad porque es una carga horaria que precariza nuestras vidas para el uso del tiempo laboral, ya que una mujer con dinero podrá tercerizarlo en otra mujer -pobre-, pero en los restantes casos no es así; hay que pensar la autonomía económica como la condición necesaria pero no suficiente para alcanzar la real igualdad".

 

 

Asimismo, la experta detalló: "Hay que tener en cuenta la integralidad; porque si sólo se piden cupos no alcanza, llegarán las mujeres que se profesionalizaron, y en ese caso, deberá hacerlo tercerizando las tareas de cuidado o domésticas, -en tías, abuelas, hermanas, cuñadas-, pero siempre recaerán esas actividades en otras mujeres", y advirtió: "Es un cambio cultural y legislativo, desde las discusiones de días de maternidad, en el caso de las mujere scon 90 días, y de paternidad, de 3 días; es el Estado el que les dice a las mujeres que son ellas las que deben quedarse en sus casas. Necesitamos políticas públicas para erradicar esto y llegar a una sociedad más igualitaria".