Daniel “Piti” Fernández detalla el trabajo creativo de La Franela, anuncia un nuevo disco para el año próximo y analiza su desempeño como cantante. Esta noche suben al escenario del Club Tucumán de Quilmes.  

La Franela promete un gran show esta noche en el Club Tucumán de Quilmes, en avenida Andrés Baranda 941 de Quilmes Oeste. Daniel “Piti” Fernández, líder la de banda, habló con Agenhoy en la previa a la presentación en la que promete “una lista de temas que mezcla rock al palo, hits y fiesta”. “No queremos abandonar las rockerías de los barrios porque llegamos a un nuevo público. Si logramos conquistarlo, convocamos a personas de distintos lugares que después asisten a tus conciertos y todas juntas llegan un Luna Park. Es un deseo, apuntamos ahí”, explica “Piti”.

Pero la historia de La Franela, que supieron construir el hit “Hacer un puente” con el que recorrieron escenarios de todo el país, comienza hace 8 años. Fue en 2008 cuando un grupo de músicos crea un innovador sistema de composición cuya virtud es conferir brillo a sus canciones. La técnica consiste en un paño sonoro de acordes luminosos que musicalizan una lírica sincera.

La técnica requiere de perspicacia, autenticidad y espontaneidad en sus intérpretes. Tras ocho años de perfeccionamiento,  el procedimiento exhibe un notable esplendor tanto en sus discos de estudio como en sus conciertos.  Desde su álbum debut, titulado “Después de ver”, La Franela conquista al público con sus melodías. Inicia el romance con “Lo que me mata”, afianza el vínculo mediante “Hacer un puente” y desata la pasión en “Fue tan bueno”.

Daniel Piti Fernández, vocalista y fundador, abandona su zona de confort: renuncia como guitarrista de Los Piojos para iniciar el nuevo proyecto. “Fue un proceso natural que desarrollé con mucha garra y amor. No hubo muchos planes. Diría que prioricé lo sanguíneo”, confiesa.

-Desde tu etapa en Los Piojos hasta la actualidad creaste varios hits, ¿encontraste una fórmula para componerlos?

Hay elementos innatos a cada compositor. Como todo oficio, tiene sus secretos. En mi caso, no me gusta repetir fórmulas para trabajar. Prefiero narrar cosas que no tienen un tiempo. “Vine hasta aquí”, por ejemplo, puedo cantarla a los 16 años o a los 87 y la canción es la misma. No pierde vigencia ni impacto. En cambio, si cuento que voy a buscar a una chica a la puerta del colegio llega un momento que no me identifica. Busco la profundidad en el mensaje.

-Sus canciones tienen un mensaje positivo, ¿es una decisión o surgió naturalmente?

Aparece de manera espontánea. Tengo una vida maravillosa. Por suerte, tengo padres estupendos, hijos increíbles, una mujer alucinante, amigos extraordinarios y salud. Sería un capricho ponerme a escribir cosas oscuras. El día de mañana, ocurre algo que me cambia la forma de ver la vida y tal vez surgen otro tipo de composiciones.

-¿Resultó una dificultad la extraordinaria repercusión de “Hacer un puente”?

Mi desafío es superarme. Si en tu carrera aparece alguien que te dice: “Te vamos a dar la posibilidad de meter un hitazo”, no te importa si es en el primer disco o en el cuarto. El reto es crear una canción similar en el próximo álbum. No sé si reuniremos otra vez los condimentos adecuados para repetir una canción como “Hacer un puente” pero tenemos composiciones con mucho potencial.

-Editaron su último álbum, “Nada es tarde”, en 2014. Pasaron casi dos años. ¿Es muy pronto para hablar de un nuevo material discográfico?

Para este año no vamos a llegar. Vivimos una época particular con el cambio de Gobierno. Eso ocasiona que todo se frene un poco. Por ese motivo, empezaremos a trabajar en un nuevo material a mitad de 2016 con el objetivo de publicarlo a principios de 2017. Imagino un disco más pesado, con más guitarras y tintes rockers.

-Pasaron tres discos y una gran cantidad de conciertos, ¿cómo te sentís en el rol de cantante?

Con el tiempo me empecé a relajar. Encaro las cosas de manera muy natural. No soy académico. Nunca estudié durante años para aprender algo y ejecutarlo. Aprendo mientras vivo: prueba y error.