El 4 de junio, fue el aniversario de deceso de uno de los más importantes hombres de la Patria.

Un heroico hombre de lucha que fue maltratado por la historia oficial.El Coronel Felipe Varela solo era mínimamente conocido por una zamba que lo sindicaba como asesino y ladrón.

Tuvieron que pasar casi cien años de su muerte para que dos jóvenes historiadores revisionistas, investigadores, se interesaran por su figura y demostraran que lo que se había escrito sobre él era falso de toda falsedad y respondía a la versión de los hechos que trasmitía Bartolomé Mitre y sus seguidores.

Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, mientras trabajaban como abogados defensores de presos políticos y sindicales, daban sus conferencias y clases universitarias, publicaban sus artículos en diarios y revistas y militaban en la Resistencia Peronista, pudieron poner blanco sobre negro en distintos momentos de nuestra historia. El caso de Felipe Varela es uno de los más importantes, como también lo son sus trabajos sobre Dorrego, Facundo Quiroga, Baring Brothers y la historia política Argentina, entre otros.

El rescate la figura de Caudillo Catamarqueño, además de colocarlo en el lugar que merecía, sirvió de acicate y ayudo a motivar a una generación ávida de participar en la vida política de la Argentina. Según Ramón Torres Molina, debido a la obra de Ortega Peña y Duhalde, en los años 60 la figura de Felipe Varela fue tomada como un símbolo y ejemplo, por los primeros núcleos guerrilleros que luego conformaron las organizaciones político-militares.

En el libro los autores sostienen “Hoy, de bandolero, asesino o salteador (calificativos con que era vituperado desde la cultura histórica oficial) Felipe Varela ha recibido la merecida vindicación política especialmente en las provincias que lo tuvieron en vida como protagonista. Son muestra de ellos, el monumento público en Catamarca, que contiene simbólicamente sus restos, el aeropuerto de dicha provincia que lleva su nombre, al igual que Departamentos, barrios, calles y escuelas en dicha provincia o en La Rioja”.

En otro momento de “Felipe Varela, caudillo americano” los historiadores afirman “El imperialismo británico, es decir, el sistema complejo de relaciones de dominación internacional resultante de la fusión del capital industrial británico con el bancario, y su consecuencia, la existencia de capitales financieros exportadores, dio un golpe magistral contra América del Sud en la década de 1860-1870. Por eso, lógicamente, un grandísimo y privilegiado espacio toma su proclama revolucionaria montonera, iniciada el 6 de diciembre de 1866, cuando tras la derrota aliada en Curupaytí (en el marco de la Guerra de la Triple Alianza, a la que se oponía férreamente) Varela se levantó en armas en oposición al gobierno de Bartolomé Mitre.”
Su rendición final ocurre en enero de 1869 en Pastos Grandes, Salta. Su fallecimiento que se produce el 4 de junio de 1870 lo encuentra exiliado en Chile.

Al decir de Ortega Peña y Duhalde su muerte simbolizó el fin de la Patria Grande, “La Unión Americana desaparecía, para ser reemplazada en el siglo que advenía, por una mentida “Unión Panamericana”, u “Organización de Estados Americanos”, directamente al servicio del imperialismo norteamericano.”  En una clara definición de lo que estaba sucediendo ya en 1965 año en que se publicó por medio de la Editorial Sudestada la obra de referencia.

La figura de Felipe Varela, hoy se alza  como uno de los más importantes luchadores por la construcción de la Unión Americana, dejó de ser uno
de los caudillos más denostados y menos conocidos. En junio de 2012 Cristina Fernández de Kirchner como Presidenta de la Nación , le otorgó el merecido ascenso post-mortem a General del Ejército Argentino.

Marcelo Duhalde