*Por Jorge Joury

Mauricio Macri y María Eugenia Vidal agitan como estrategia el escenario de confrontación. Al inaugurar el Paseo del Bajo, el Presidente aseguró que ese pavimento "no es relato, es real", mientras que la gobernadora destacó que ahora las obras se terminan "sin mentiras".

Del otro lado del río, los peronistas les responden y culpan al Gobierno de hambrear a la Argentina. En este marco, cuando faltan menos de cuatro semanas para inscribir las candidaturas, la batalla por la provincia de Buenos Aires empieza a ponerse al rojo vivo.

Allí no hay ballotaje y se gana por un voto. Se constituye en un escenario clave para garantizar una victoria a nivel nacional. Por lo pronto, ya se pueden ir olfateando los nombres de los principales cuatro contrincantes. Casi no quedan dudas de que por Cambiemos se repetirá el tándem María Eugenia Vidal- Daniel Salvador.

En tanto, se perciben señales de que por el lado del peronismo, la fórmula podría ser Axel Kicillof-Verónica Magario. La intendenta del partido de la Matanza ostenta un gran poder territorial. En ese territorio, hay más habitantes que casi todas las provincias del país. En población sólo la superan cuatro distritos: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad. Es un histórico bastión peronista que antes de cada elección se convierte en objeto de deseo para cualquier fuerza política que aspire a ganar una elección. ¿La razón? Con más de 2 millones de habitantes y casi 1 millón de electores (prácticamente el 3% del padrón nacional), tiene un peso electoral superior al de casi todas las provincias del país.

"Se perciben señales de que por el lado del peronismo, la fórmula podría ser Axel Kicillof-Verónica Magario."


En el peronismo la virtual bendición de la pareja bonaerense surgió en el vip de Merlo, tras el acto del fin de semana. En esa ocasión, Cristina Kirchner pidió que llamen a Verónica Magario. La foto, armada por Cristina, la mostró a ella junto a Alberto Fernández, Kicillof y Magario, lo que se dice un futuro afiche de campaña. La lectura fue inmediata y circuló como un relámpago entre los presentes y luego por Whatsapp. "Cristina eligió fórmula o, al menos, avisó cuál es la que le gusta a ella", manifestó un dirigente de alto peso en el conurbano.


LA FOTO MAS BUSCADA


Por estas horas, esa foto abriga algunas dudas. Si bien CFK puede parece bendecir una fórmula, no precisa el orden de la misma: ¿Kicillof-Magario o Magario-Kicillof?, se preguntan los observadores. Si la foto se traduce como un indicio, puede también esconder otros mensajes. Algunos la interpretan como una suerte de "mimo" político para La Cámpora, la agrupación de Máximo Kirchner, que parece replegarse en la provincia de Buenos Aires: a ese territorio movió a dirigentes como Andrés "Cuervo" Larroque y en la provincia se lanzará a cruzadas territoriales como ganar Quilmes o Mar del Plata a través de dos dirigentes propias: Mayra Mendoza y Fernanda Raverta.


Pero hay otro tercer destinatario: la determinación de Cristina de posar con Kicillof y Magario aparece como una advertencia o límite a la pretensión de poner en ese casillero a Sergio Massa, hipótesis que entre los intendentes del PJ le atribuyen a Alberto Fernández. "Sería muy interesante que Massa participe de unas PASO con Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires", aseguró Larroque.


Algo de eso se adivina detrás de los dichos de Larroque de la semana pasada cuando invitó a Massa a competir en una PASO por la gobernación contra Kicillof. Si Cristina apuró, como creen en el PJ, la bendición del ex ministro de Economía, de mínimo parece encorsetar el margen de Alberto para negociar con el tigrense.


UN TELEGRAMA PARA EL MASSISMO


Hay otra lectura. "Pudo ser para que Massa deje de dar vueltas y se apure si quiere acordar" interpretó intendente con varias batallas electorales a cuestas, que estuvo en el acto de Merlo.


Los principales referentes del massismo creen que la sorpresiva fórmula Fernández-Fernández, “por el momento en la que la presentaron, fue para abrir una instancia de diálogo, que es lo que está pasando ahora”. Además apuntan en relación al aspirante a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que “es muy probable que se pueda consensuar un candidato único.

Todos los sectores estamos podridos que nos pongan porteños a trabajar de gobernadores, nunca más, porque la provincia está como está justamente por no conocerla, por no sentirla y por no quererla.

Necesitamos un bonaerense que sepa y no que la use de trampolín para otra cosa. Por último, el diputado habló sobre la relación que llevan Alberto Fernández y Sergio Massa: “Sabemos que siempre tuvieron un muy buen diálogo, el tiempo que militó dentro del Frente Renovador se caracterizó por eso, tratar de tender puentes con todos los sectores. Imagino que vamos a seguir avanzando”.


ESPECULACIONES A LA ORDEN DEL DIA


Los intendentes del Conurbano, no sólo miran la pelea nacional, de manera confiada, sino que ponen especialmente el ojo a nivel provincial. María Eugenia Vidal sigue conservando un nivel de adhesión que envidian en la Casa Rosada. En contraste, el mismo Macri es un factor tóxico que podría arrastrar a la gobernadora hasta el sótano electoral dados sus altos niveles de rechazo en el principal distrito cuando de votos se trata.


Una encuesta, de Circuitos, que explicita cómo esa toxicidad del Presidente carcome las posibilidades de Vidal de reelegir: la gobernadora pierde 10 puntos cuando se la asocia directamente a Macri, con lo que pasa de ganar la elección a perderla contra el ultrakirchnerista Axel Kicillof. Los infructíferos esfuerzos para desdoblar los comicios provinciales de los nacionales tuvieron ese telón de fondo.

"La gobernadora pierde 10 puntos cuando se la asocia directamente a Macri, con lo que pasa de ganar la elección a perderla contra el ultrakirchnerista Axel Kicillof"

Para reelegir, coinciden analistas y encuestadores, Vidal debería recuperar esos 10 puntos a través un fenomenal corte de boleta, de lo que no hay antecedente. Ni siquiera el de 2015, cuando el tijeretazo rondó los 6 puntos y le dio a Vidal la victoria sobre Aníbal Fernández. Cuatro años después y con el desgaste de la crisis sobre sus espaldas, la gobernadora sólo tendría chance de renovar su mandato sumando el insuficiente voto macrista, a desencantados con el Presidente pero que todavía la bancan a ella y a votantes de otras opciones presidenciales


LA ESTRATEGIA DE LA GOBERNADORA


En la gobernación, ya comenzaron a motorizar la estrategia provincial. Esto se da a la luz de la última señal que recibieron de la Casa Rosada que Mauricio Macri encabezará la fórmula presidencial. Creen que probablemente sería con un radical como candidato a vice.

Para alimentar esa impresión están las declaraciones que dejó trascender el Presidente y también, especialmente, de las encuestas que indican que un recambio de candidato no mejora las chances electorales de Cambiemos.


El equipo de campaña de Vidal no tiene mucho tiempo para perder. Todo tiene que ver porque la gobernadora no derrocha puntos de ventaja. Las últimas encuestas que tiene la muestran con 6 puntos de intención de voto por encima del candidato mejor posicionado del frente entre Unión Ciudadana y el PJ, Axel Kicillof, pero muy pareja si se consideran por espacios partidarios y no por nombres.


Vidal apuesta a centrar su acción en 40 de los 135 municipios que reúnen el 80% del electorado. Se trata de las comunas del conurbano bonaerense y ciudades puntuales con mayor cantidad de habitantes como Mar del Plata, Bahía Blanca, Pergamino y La Plata.


Según las cuentas que se hacen, entre esos 40 municipios, sólo 19 tienen intendentes de Cambiemos. El planteo general que hacen las primeras espadas de Vidal, es que el deterioro de la situación económica afectó en forma pareja a todos los gobernantes. Sostienen que si bien los pobladores responsabilizan al Gobierno nacional por el empobrecimiento, el intendente también es blanco de la furia electoral local.


Ese diagnóstico los lleva a especular con que, en los partidos donde no gobierna Cambiemos, puede mejorar su desempeño. El caso clave sobre el cual generan expectativas es La Matanza. En el barrio Puerta de Hierro de ese municipio estuvo la gobernadora el sábado pasado para celebrar la fecha patria. La carta de Cambiemos en La Matanza es el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, quien ocupó ese cargo antes en la provincia. En ese distrito, en 2017, Cristina Fernández aventajó por 20 puntos a Esteban Bullrich, aunque el candidato a senador nacional de Cambiemos terminó ganando en la sumatoria de toda la provincia.


Finocchiario es uno de los exponentes de los denominados "sin tierra", los candidatos en los distritos donde Cambiemos no gobierna y con los que apuesta a reducir el margen con los intendentes peronistas para acumular votos hacia María Eugenia Vidal y, si se puede, también para Mauricio Macri.


La segunda parte del plan, es reforzar el apoyo sobre la estructura del radicalismo. Vidal ya deslizó que repetirá la fórmula con el radical Daniel Salvador, quien entregó la primera muestra de lealtad de la UCR provincial en la convención de la semana pasada cuando salió de allí un rotundo respaldo a la gobernadora y a la pertenencia de esa fuerza en Cambiemos.

El diálogo y el consenso con el radicalismo provincial le dio, por lo menos a Vidal, uno de los pocos motivos para sonreír. Ahora, todo está por verse camino a la gran final.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónicoesjorgejoury@gmail.com. Para consultar su blogs, recurrir al sitio: Jorge Joury De Tapas.