El legislador porteño, Mariano Recalde, sostuvo que lograron frenar los cambios que eran un retroceso en materia democrática y consensuar un código “que garantiza que haya un soporte papel y se deposite en una urna, e incorpora la paridad de género y el empadronamiento automático de migrantes”.

En la sesión de hoy, Recalde destacó que “la necesidad de un Código Electoral propio de la Ciudad es una deuda que tiene más de 20 años”, y que la discusión del mismo “tuvo el tiempo y el espacio para el intercambio y las concesiones recíprocas”.

“Este Código no retrocede en nada. El Gobierno tenía intenciones de establecer cambios que eran un retroceso para la transparencia democrática, como el voto electrónico. Nosotros ya somos críticos de lo que está en la ley, que es la incorporación de tecnologías en la emisión del voto porque han demostrado su falibilidad y la posibilidad de que se altere no solo el secreto sino la voluntad del votante. Por eso, si bien no se ha logrado derogar esto, este código, lejos de retroceder, incorpora elementos que permiten dar mayor seguridad: se garantiza el soporte papel que antes no estaba y que obligatoriamente sea depositado en una urna”, explicó el legislador.

“Además, logramos quitar la posibilidad de que las personas jurídicas –las grandes empresas y corporaciones, los contratistas del Estado- puedan hacer aportes al financiamiento de campaña de los partidos político, y dejamos claras las atribuciones del Instituto de Gestión Electoral y el nuevo Tribunal Electoral, para que la designación de autoridades de mesa no queden en manos del Poder Ejecutivo”, agregó.

“Por último, hay dos grandes avances que logramos incorporar en este Código: la paridad de género, un paso fundamental para la igualdad de género en la vida política, y el empadronamiento automático de migrantes residentes en la Ciudad, para que puedan ejercer con plenitud su derecho al voto, tal como lo establece la Constitución de la Ciudad”, finalizó Recalde.