La actividad comercial de la provincia de Buenos Aires no solo no repunta, sino que cada vez está peor. En abril de 2019, los comercios de la provincia registraron una caída del 12,2% con respecto al mismo mes del año anterior y ya son 16 meses de retracciones consecutivas.

Los datos se desprenden del último informe de situación comercial elaborado por la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires. Con los datos de abril, la entidad, remarca que hubo en el primer cuatrimestre “una reducción interanual del 10,8%”.


“Se profundiza y espiralizan las principales razones que explican esta tendencia: desempleo e inflación”, remarca el estudio en el informe. Asimismo, las ventas minoristas se redujeron en el 83% de los casos relevados por la entidad, “un porcentaje que va en ascenso todos los meses”, se cita en el estudio. 


“Esta situación preocupante es aún más grave cuando se suman los resultados en materia de rentabilidad y costos. En el 77% de los locales relevados, los comercios tienen menores márgenes de rentabilidad, y en el 93% sus aumentaron”, advirtió FEBA.


La institución señaló que la problemática genera un efecto “pinza”, porque “mientras las ventas se desploman, los aumentos de costos no ceden, erosionando así la rentabilidad”.


Por otro lado, las ventas reales de supermercados registraron nuevos descensos en el territorio provincial. El conurbano recibe, como otros casos, el mayor impacto con una merma del 14% frente al 12% del interior. ya son 7 meses consecutivos de retracciones interanuales.


Más allá del delicado panorama, FEBA destacó como positivo el congelamiento tarifario, los precios esenciales, y las medidas para incentivar el consumo. Al mismo tiempo, llamó la atención por la mayor morosidad en la cadena de pago y un aumento en la proporción de cheques rechazados.


A su vez, la aceleración inflacionaria, el crecimiento del dólar, el encarecimiento del crédito y la poca oferta de crédito disponible conspiran contra la recuperación del sector. 


“Acercándose el calendario electoral, las probabilidades de recuperación de la actividad económica son cada vez menores. La fuga de capitales, un panorama internacional incierto, y la incertidumbre local, traerán nuevos problemas a una economía ya debilitada”.