El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó este martes un publicitado decreto que facilita el acceso a las armas de fuego en un país en el que 175 personas son asesinadas cada día.

Bolsonaro firmó el decreto en una ceremonia en el Palacio de Planalto y cumplió así, a dos semanas de haber asumido el cargo, una de las principales promesas de su campaña presidencial.

La norma flexibiliza los requisitos para la posesión de armas, una atribución que ya tenían los mayores de 25 años sin antecedentes penales y con ocupación conocida que demostraran ser aptas desde el punto de vista psicológico.

Una vez que el decreto sea publicado en el Boletín Oficial y entre en vigencia el plazo de validez del permiso de posesión pasará a ser de 10 años en lugar de los 5 que rigen en la actualidad.

El decreto no incluyó sin embargo la posibilidad de portar armas fuera del domicilio, pese a que Bolsonaro se había mostrado a favor. Así, andar armado por la calle seguirá siendo algo reservado principalmente a militares, policías y personal de seguridad.

Además la aprobación para obtener el permiso detenencia de armas recaía sobre la sobre la Policía Federal que ahora fue dejada de lado. Se mantiene el límite de compra en cuatro armas por persona, a menos que el interesado demuestre que necesita más (por la cantidad de propiedades que tiene, por ejemplo).

Bolsonaro prometió combatir a la delincuencia con "mano dura", sobre la bese de estadísticas que señalan que en 2018 fueron asesinadas en Brasil 63.880 personas, a un promedio de 175 por día.

Según su detractores, la medida incrementará los ya muy elevados índices de violencia que existen en el gigante latinoamericano.

En una solicitada publicada el domingo pasado, una decena de organizaciones y movimientos sociales, entre ellas el Foro Brasileño de Seguridad Pública, advirtió que la flexibilización en la posesión de armas "traerá más inseguridad".

"Estudios brasileños e internacionales muestran que el aumento de la circulación de armas de fuego se relaciona con una mayor incidencia de homicidios cometidos con armas de fuego", señala el texto. Según un sondeo reciente de Datafolha, un 61% de los brasileños considera que la posesión de armas de fuego debe ser prohibida, pues representa una amenaza a la vida de otras personas

Al firmar el decreto el mandatario recordó el resultado de un referendo celebrado en 2005, en el que el 63% de los brasileños votó a favor del comercio de armas en el país tras la aprobación del Estatuto de Desarme. "Como el pueblo soberanamente decidió por ocasión del referéndum de 2005, para garantizarles ese legítimo derecho a la defensa. Yo, como presidente, voy a usar esta arma", afirmó Bolsonaro mostrando la lapicera con la que firmó el decreto.

"El pueblo decidió comprar armas y municiones y nosotros no podemos negar lo que el pueblo quiso en ese momento", agregó el mandatario.