El Sumo Pontífice viajará en Febrero a Abu Dabi para participar en un encuentro interreligioso, primera visita de un jefe de la Iglesia católica a la península arábiga.

Este viaje, previsto del 3 al 5 de febrero, precederá al de finales de marzo a Marruecos, donde el papa continuará tejiendo vínculos con el mundo musulmán.

A punto de cumplir 82 años, Francisco tiene una agenda cargada para los próximos meses, ya que viajará a Panamá del 22 al 27 de enero con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Para el resto de 2019, el papa anunció en septiembre su intención de viajar a Japón y también figura entre sus proyectos hacerlo a Madagascar.

Partidario del diálogo con otras confesiones cristianas y otras religiones y de las las visitas de "periferia", el pontífice argentino ya ha viajado varias veces a países musulmanes: a Medio Oriente y Turquía en 2014, Azerbaiyán en 2016 y Egipto en 2017.

Entretanto, las invitaciones de la mayoría de las grandes naciones tradicionalmente católicas quedan sin respuesta.

"Es típico de la línea de Francisco buscar viajar a lugares que representan las periferias, las situaciones difíciles. Abu Dabi es un lugar de frontera", explica a la AFP Sandro Magister, un vaticanista del semanario italiano Espresso.

Aunque el diálogo no siempre es fácil, los tiempos han cambiado desde la polémica que suscitó en 2006 el "discurso de Ratisbona", en el que Benedicto XVI mencionó un vínculo entre el islam y la violencia, lo que provocó mortíferas manifestaciones en el mundo musulmán y ataques contra cristianos.

Desde entonces, el consejo pontifical para el diálogo interreligioso, durante mucho tiempo auspiciado por monseñor Jean-Louis Tauran -cardenal francés fallecido este verano (boreal)-, ha multiplicado sus esfuerzos para reforzar los lazos con el islam moderado.