*Por Jorge Joury

Por estas horas las versiones en el escenario político se reproducen como hongos venenosos. Pero nadie puede asegurar cómo se conformará el tablero final para las cruciales elecciones de octubre. Algunos sostienen que a último momento Cristina Kirchner terminaría dando un paso al costado y dejaría que Roberto Lavagna sea quien lleve las banderas de un peronismo unido dejando de lado rencores, para recuperar la Casa Rosada. En ese caso, Sergio Massa podría convertirse en un jugador clave en la Provincia, con la idea de destronar a María Eugenia Vidal. Pero aún falta mucho y nadie se anima a poner las fichas definitivas en el tablero.

La economía viene realmente muy mal para el oficialismo. De eso no hay dudas y la oposición quiere sacar tajada. Sin embargo, desde Balcarce 50 aseguran que la situación no es para preocuparse. Arguyen que el ciclo económico durante el 2019 tendrá una forma de “V”. Es decir, un primer tramo de caída económica, seguido de otro de profunda recuperación.

Según el gobierno, durante el primer trimestre del año próximo la economía tocará fondo, para luego, con la cosecha de abril/mayo, revertir esa caída. Por lo cual, desde el segundo trimestre la actividad productiva comenzará nuevamente a expandirse aseguran las espadas de Nicolás Dujovne.

El mes clave para la definición de las alianzas será marzo. Enero y febrero se convertirá en el playón de la rosca política. Por ahora nadie quiere asomar la cabeza, paro no ser víctima de los dardos del ejército de trolls con que cuenta el jefe de Gabinete Marcos Peña.

En Cambiemos por ahora todos aseguran que Mauricio Macri irá por la reelección, aunque el enigma es quien será su vice. Lo mismo ocurre para el caso de María Eugenia Vidal, el as de espadas del equipo amarillo.

En la vereda de la oposición, la figura de Cristina Fernández de Kirchner divide aguas pero sigue siendo la dirigente con más votos y algunos quieren entusiasmarla para que le pelee la provincia a Vidal.

En cuanto a los vices, se especula con mantener en ese lugar a Gabriela Michetti, aunque su gestión como vice no fue satisfactoria, pero cuenta con la bendición de Elisa Carrió. Suenan para ese cargo también Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social y, en menor medida, Patricia Bullrich.

Marcos Peña junto a Jaime Durán Barba son los cerebros de la mecánica electoral y apuntan a la polarización con Cristina como carta de triunfo. El jefe de Gabinete se mostró confiado de cara a las elecciones 2019.

En La Plata el compañero de Vidal para Buenos Aires es otra gran incógnita. Daniel Salvador, de la UCR, ha sido un gran ladero, pero podría dejar ese lugar. En esa dirección se instalaron algunos nombres puros del PRO como Jorge Macri (intendente de Vicente López), Cristian Ritondo (ministro de Seguridad que figuró en ese cargo en la campaña del 2015) y la propia Carolina Stanley de gran llegada a los movimientos sociales. La pregunta es: ¿qué dirán los radicales? Se cree que será parte de una gran negociación entre todos, para no dejar un tendal de heridos antes de la campaña.

El otro gran dilema en tierras bonaerenses es si finalmente se desdoblará la elección. La Bicameral que sigue el asunto está conformada y confirmada por la Justicia y metió manos a la obra. El peronismo de cercanía con Unidad Ciudadana no quiere saber nada con esa maniobra.

En lo que tiene que ver con Cristina Kirchner, su figura sigue siendo central en la política argentina. Igual que en 2017, definiría si aspira a una tercera gestión presidencial cuando ya no quede mucho tiempo más para cerrar las listas, aunque algunos dirigentes como Eduardo Duhalde que ha hablado telefónicamente tres veces con ella, cree que a último momento se bajará. Alrededor de su figura se especulan nombres por doquier y en las últimas horas corrió el rumor por un dato en Twitter del periodista Marcelo Zlotogwiazda, que se habría reunido con Roberto Lavagna. También se mencionó otra reunión con Guillermo Nielsen, hombre de extrema confianza del ex ministro de Economía.

El operador Alberto Fernández también salió a la cancha a señalar que no habría problemas en realizar una PASO con todos los dirigentes del PJ.

En realidad de todo ese espacio, más allá de Juan Manuel Urtubey que aparece como tercero en las encuestas, el único que tiene votos es Sergio Massa, que suma entre 7 y 10 puntos.

El espacio de Argentina Federal aún se debate de qué forma formalizar las candidaturas. Massa, Urtubey, Miguel Pichetto y Juan Schiaretti. De los cuatro, solo el cordobés no aspira a una candidatura. De los tres restantes, el de Tigre es quien más votos reúne aunque ya no es la estrella de la política que supo ser en 2013.

En el caso de Urtubey, no puede ir por una nueva reelección en su provincia pero busca tener un candidato “por consenso” para evitar la PASO con Massa. El tercero en discordia es el senador de Río Negro Miguel Pichetto. Dice que busca ser presidente, pero iría de vice con alguno de los mencionados anteriormente. A Massa le agrada por el manejo que tiene del Senado. También se menciona la hipótesis del “renunciamiento patriótico de Cristina”. Es el plan B, y es allí donde la figura de Lavagna cobra más fuerza para convertirse en la locomotora del PJ.

Ya sin ella como adversaria electoral, el debate se centraría en la gestión Macri. Y un candidato como Lavagna atizaría el recuerdo de su éxito como ministro de Economía. Se habla también de un plan económico integral para sacar a la economía de la anemia y que podría ser anunciado después de marzo.

La opción Lavagna fue puesta en juego este año por Duhalde. Lo reiteró hace poco tiempo tras revelar tres contactos telefónicos con Cristina y afirmar que ella no se presentará. Esa opción se analiza cada vez más en un círculo rojo y un mercado que ve con terror el efecto económico de un cristinismo recargado.

A Lavagna es el que le va mejor mejor en las encuestas. Un reciente sondeo de D’Alessio/IROL lo muestra como el político con más imagen positiva (50%) y el que menor rechazo genera (30%). Un estudio de la Universidad de San Andrés señala a Macri como el candidato con mayor intención de voto, sumando un 41% entre quienes están seguros de votarlo y quienes podrían llegar a hacerlo. Lavagna aparece segundo con un 32%. Cristina está tercera con 28%. Opinaia lo mide segundo en imagen positiva: 47%, 4 puntos debajo de María Eugenia Vidal, pero 8 y 9 puntos más que CFK y Macri, respectivamente.

La última encuesta de Poliarquía lo posiciona primero cuando pregunta qué peronista no K sería más competitivo: con 32%, casi duplica a quien está segundo. Pero son solo encuestas hechas con mucha antelación. Lo significativo es la relevancia con que aparece alguien sin actividad pública, ni siquiera candidato.

Si esos sondeos fueran la bola de cristal del futuro, Lavagna sería, por lo imprevisto, el cisne negro de Taleb para Macri y Cristina. Pichetto es uno de los que están convencidos de que Lavagna sería un excelente candidato: “Roberto es un activo fundamental de Alternativa Federal; clave, diría. Sería un gran candidato, sin duda”.

El senador habla con Lavagna y conoce bien a Cristina. Le parece difícil que ella vaya a dar un paso al costado, aunque interpreta que el cristinismo sabe que una nueva derrota sería muy negativa para ella también desde lo judicial. Si Cristina no se presentara, Pichetto está seguro de que “el peronismo tendría muchas más posibilidades de ganar”. En el peronismo no K advierten que en una negociación no aceptarían a ningún camporista en las listas ni en lugares claves de un eventual gobierno. Pero mencionan a viejos kirchneristas como Ginés González, Jorge Taiana o Rafael Bielsa, como ejemplos de nombres potables para cualquier sector. Y se imaginan a Lavagna como un mandatario de cuatro años, “ideal para una transición entre el kirchnerismo y el nuevo peronismo”.

¿Qué dice Lavagna? Seis meses atrás, rechazaba dejar su vida de retirado. Hoy en cambio acepta que revisaría esa decisión si “el país lo requiriera”, que traducido significa “si la situación económica se complica aún más, pero únicamente si el peronismo se une detrás suyo”. Piensa también en un gran frente con radicales disidentes y hasta peronistas de Cambiemos. Y en ese escenario imaginario, no le desagradaría presidir un país en el que Vidal y Rodríguez Larreta sigan donde están.

Pero por ahora se resiste a ser el candidato de un solo sector y jugar en marzo como alternativa a Macri y Cristina.

Para el caso de que Lavagna sea la nave insignia del peronismo, el propio Massa está evaluando hacer el esfuerzo y asumir la “preliminar de fondo” en territorio bonaerense. “Por qué te creés que repite a cada rato que está dispuesto a dar un paso al costado”, señalan desde el peronismo. Y no lo desmienten desde el Frente Renovador. Todos creen que el único jugador que podría destronar a Vidal en el territorio bonaerense, es el tigrense.

Mientras duda, el posible regreso CFK azuza el riesgo país por encima de los 830 puntos. En plena campaña podría superar los 1.000. Eso representaría otro año perdido. Eso significará más crisis, más inflación y más pobreza. Puede ser que si esa pesadilla se hace realidad, las chances de Lavagna crezcan, pero también las de Cristina.

Por otro lado, Martín Lousteau pidió que Cambiemos “se amplíe cuanto antes”. Un amplio sector del radicalismo busca instalarlo como precandidato a presidente. Por ahora, evita dar definiciones aunque reconoció que busca sumar a Miguel Lifchitz (Santa Fe) y Margarita Stolbizer a la base de sustentación de Cambiemos.

La moneda está en el aire y aún no hay certezas del escenario electoral final. Si mejora la economía después de marzo, las chances de Macri aún estarán con vida para la reeleción. Pero nadie puede garantizarlo, más aún en un año que comenzó a todo tarifazo acelerando el malhumor social.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico es jorgejoury@gmail.com.