*Por Jorge Joury

Algunos sostienen que hay que ir reservando butaca, porque habrá olor a pólvora en la convención radical de este lunes. Otros creen que hasta puede terminar a las piñas. Lo cierto es que todas las miradas este lunes se posarán sobre Parque Norte. Allí la UCR discutirá la estrategia electoral con vistas a las elecciones de octubre. Lo que pretenden los más rebeldes,  entre otras cosas, es compartir la fórmula presidencial y oxigenar el espacio con alguna pata peronista. Todo se da  en medio de febriles negociaciones con clima de alta tensión. Los más pesimistas aseguran que está en peligro el futuro de Cambiemos. Frente a este escenario de alto voltaje, entraron a jugar en las últimas horas halcones y palomas. La figura de Mauricio Macri, es el principal blanco de las críticas. Los radicales no quieren repetir la foto de la Alianza en el 2001 y empujan con singular ímpetu a la Casa Rosada para que pegue un golpe de timón. El principal jugador y el más díscolo, es el titular del radicalismo Alfredo Cornejo. Es el que ha sembrado dudas sobre la continuidad de la sociedad política. Lo que más le preocupa, es ampliar la alianza, incorporando incluso dirigentes del justicialismo no K. Esto ha puesto al vicegobernador bonaerense Daniel Salvador al borde de un ataque de nervios. Lo mismo ocurre con los legisladores e intendentes radicales que exigen mantener el statu quo en la coalición gobernante, con la esperanza de no perder los espacios de poder conseguidos en 2015. ¿Por qué se agitan tantos demonios por la postura de Cornejo?. Es que el jefe del partido y gobernador de Mendoza, provocó un tsunami al hacer circular un borrador del documento que presentará en el cónclave del lunes. Si bien en el contenido Cornejo ratificó la permanencia de su partido en Cambiemos, también insistió en la necesidad de construir "una nueva coalición" ampliada hacia otros partidos políticos. Cornejo está convencido que esta es la única manera de garantizar gobernabilidad en un eventual segundo mandato de Macri, ya que lo que viene es un escenario muy complicado, donde se requiere de consensos para aprobar leyes fundamentales para transformar el actual escenario económico de crisis.

El caudillo mendocino además sugirió la posibilidad de que la fórmula presidencial se dirima en elecciones primarias, una instancia que el macrismo más duro rechaza de plano. Por otra parte, propuso que las listas de candidatos legislativos del radicalismo pueda adherirse a cualquiera de los precandidatos presidenciales que compitan en esas primarias. Esto se interpretó como una habilitación cabal a las polémicas listas colectoras, que el Gobierno rechazó por medio de un decreto de necesidad y urgencia el mes pasado.


"Hoy Cambiemos no tiene asegurado el triunfo en primera vuelta; solo ampliando la coalición a otros sectores podemos llegar al ballottage", justifican en el entorno de Cornejo. El gobernador sostiene que, para potenciar el espacio en su pelea con el kirchnerismo, debería haber elecciones internas en Cambiemos, posibilidad que el macrismo más duro rechaza de plano.


"El lunes, la convención aprobará con amplia mayoría el documento que yo he ofrecido, buscando la ampliación y ratificando la conducción de Cambiemos", dijo Cornejo. "Hay que sumar a peronistas", enfatizó, y nombró al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y al economista Roberto Lavagna.


Cornejo insistió en la necesidad de ampliar la base de sustentación de Cambiemos para "hacer los cambios que necesita la Argentina para crecer" y que quedaron pendientes en el primer mandato de Macri. Mencionó las reformas impositiva, laboral y previsional. "Requieren de un mayor poder político del que representa Macri", afirmó Cornejo.


Como réplica, comenzó a circular un "contradocumento", elaborado en las usinas bonaerenses que timonea el vicegobernador Daniel Salvador. Algunos sostienen que fue articulado en tándem con Jesús Rodríguez y Agustín Campero, vicepresidente de la convención nacional y a cargo de conducir el debate el lunes próximo, ante la ausencia -con aviso- de su titular, Jorge Sappia. 


Salvador fue quien motorizó que la convención de la UCR bonaerense ratificara, el fin de semana pasado, el apoyo a la candidatura de Mauricio Macri y la permanencia del partido en Cambiemos. En este contradocumento, los "dialoguistas" ratifican con todas las letras y sin subterfugios, la permanencia de la UCR dentro de Cambiemos e instan a la elaboración de un programa común que responda a los principios doctrinarios del partido.Quienes accedieron al paper, aclaran que allí no mencionan la incorporación de eventuales nuevos partidos a la coalición, ni la posibilidad de elecciones internas para dirimir la fórmula presidencial.

Lo que proponen que se institucionalice el funcionamiento de la coalición actual. Básicamente con reglas claras para los socios, que permita atender la resolución de conflictos y dé certidumbre en los procesos decisorios.
Para negociar la ejecución de ambos objetivos con los socios de Cambiemos, este sector propone que se conforme una delegación integrada por dirigentes del comité nacional, de la convención nacional y de los bloques legislativos.


Cornejo, en cambio, propone que esa negociación esté a cargo de una delegación del comité nacional del partido, que él preside.Si bien ambas posturas parecen estar en las antípodas, lo cierto es que hay ciertos puntos en común que permitirían, en los días que faltan para la convención, arribar a un acuerdo."Hay un 90 por ciento de radicales que coinciden en un esquema básico de lo que debe resolver la convención", reveló una fuente confiable del partido. Uno de esos puntos es la permanencia de la UCR en Cambiemos. Otra de las sugerencias es la necesidad de ampliar la coalición a sectores del peronismo. Si bien Cornejo plantea que esta apertura debe darse antes de las elecciones primarias de agosto próximo, en el sector dialoguista sostienen que la incorporación de nuevos socios debería consumarse después de la primera vuelta para asegurar el triunfo del oficialismo en el ballottage.


El ministro del interior, Rogelio Frigerio, un  jugador clave en el andamiaje del equipo amarillo, admitió que “la táctica electoral” de Cambiemos “no está cerrada” y buscó desalentar la posibilidad de dirimir candidaturas en internas abiertas al asegurar que no hay antecedentes de “que un presidente que va a una reelección compita en una interna”. Para el diputado Facundo Suárez Lastra, en cambio, “si se postulan candidatos que creen que son mejores que el Presidente Macri, tendrá que participar de las PASO, no hay posibilidad de que eso se evite”.


Cornejo fue el primero en desatar la ira del presidente y su jefe de campaña Marcos Peña al admitir públicamente que “el candidato podría no ser Macri” y pedir que se habilite una gran PASO con Martín Lousteau, peronistas no K e independientes. La postura de ese sector, que también integra el jujeño Gerardo Morales y tiene por articulador en las sombras al eterno operador Enrique Nosiglia, parte de la base de que la candidatura de Macri está condenada al fracaso y aspira a imponer en un acuerdo a puertas cerradas una fórmula encabezada por la gobernadora María Eugenia Vidal acompañada por un radical como Lousteau, con la esperanza de ganar en segunda vuelta con el apoyo de sectores peronistas. El principal punto débil de esa estrategia es la ausencia de un candidato a gobernador en el mayor distrito del país. Podría dejarle servida en bandeja la Provincia al peronismo, ya que en ese escenario se gana por un voto y no hay ballotage. Desde el entorno de Macri admiten que es casi utópico encarar una campaña referenciada en el presidente en amplios sectores del conurbano pero argumenta que el “Plan V” de Vidal tendría más costos que beneficios porque no sumaría demasiados votos a los del núcleo duro y transmitiría una imagen de gran debilidad.


Desde el búnker de la gobernadora sólo se habla de caminatas, actos, estrategias de campaña y de desmentir a capa y espada, la posibilidad del Plan V. Nadie tiene instrucciones para distraerse con otra cosa. No obstante, no niegan que miran de reojo con inocultable preocupación a la convención radical. Y en medio de todo este juego intrincado, Macri está empacado con su teoría de dividir lo más que se pueda al peronismo para sacarle votos al espacio de los Fernández. De allí las fotos de los últimos días con Schiaretti, Urtubey y Pichetto. El gran temor que abrigan en la jugada, es que Massa termine pasándose al peronismo y aporte los votos para un triunfo en primera vuelta y que Lavagna se corte solo y salga a pescar en la franja de Cambiemos.


*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónicoesjorgejoury@gmail.com. Para consultar su blogs, recurrir al sitio: Jorge Joury De Tapas.