Después de 14 horas de alta tensión el gremio de Astillero Río Santiago levantó esta madrugada la toma del edificio del ministerio de Economía, ubicado en pleno centro de La Plata. La ocupación se inició por la mañana de ayer y recién terminó pasada la 1 de la mañana de hoy, en medio de una pulseada con el Ejecutivo bonaerense. Mientras los manifestantes aseguraban que no dejarían el edificio hasta no ser recibidos por el ministro Hernán Lacunza, desde la Provincia afirmaban que no negociarían “bajo extorsión”. Finalmente esta madrugada dejaron el edificio.


En el centro de la pulseada estuvo el reclamo que vienen exigiendo los trabajadores con la reactivación de la planta y que se destraben pagos para insumos que permitan continuar con una serie de trabajos. Desde la administración Vidal, en tanto, presentaron una denuncia penal por manejos irregulares de fondos por parte de ATE Ensenada.
El lunes había pautada una reunión con los funcionarios que no se concretó, lo que enardeció los ánimos. Pero en la Provincia se decía que Lacunza había llamado a dirigentes de ATE ayer a las 8 de la mañana para realizar una reunión por la tarde. “La respuesta fue la toma del edificio, evidentemente no quieren dialogar”, disparó anoche Lacunza.
Pero al cabo de dos asambleas con delegados y trabajadores, el gremio decidió de todos modos movilizar y avanzar sobre la sede del ministerio de Economía, en el corazón del microcentro platense.
Una importante columna de trabajadores ingresó al edificio por las cocheras que dan a la zona de 8 y 45 y avanzó hasta los pisos superiores por lo que la actividad en esa dependencia se vio inmediatamente alterada.
Con bombos y cánticos contra el gobierno, cientos de manifestantes coparon rápidamente los pasillos sorprendiendo a los empleados del ministerio que a poco de iniciada la protesta fueron dejando el edificio por el sector de la calle 46.
En tanto, a unos 100 metros, sobre la calle 45 entre 8 y 9, unos 20 integrantes del Cuerpo de Infantería se mantenían expectantes pero sin intervenir.
Adentro del edificio, la ocupación se desarrolló sin incidentes más allá de los cánticos repetidos en críticas e insultos a la gestión de gobierno provincial.
“Te pido que luchemos un poquito más, Astillero vamos a ganar, a los gorilas vamos a echar”, fue uno de las consignas más entonadas.
La ocupación mostró notas de color como breves “picados de fútbol” sobre la céntrica calle 8 o una “carrera” en sillas de oficina.
Cerca de las 11, la ocupación empezó a recibir el aporte de partidos de izquierda a través de militantes y dirigentes del Partido Obrero y el MST así como legisladores y concejales del arco peronista de la Región, tal como había ocurrido el jueves último en el Astillero.
Hacia el mediodía, la zona de 8 entre 45 y 46 pero también otros sectores del microcentro platense acusaban recibo de la manifestación. Las calles cercanas y la diagonal 74 en la zona de Plaza Italia fue cerrada al tránsito lo que provocó grandes embotellamientos.
Con la permanente versión de una posible movilización de fuerzas de seguridad para desalojar a los manifestantes, el clima se hizo cada vez más tenso hasta que desde el gremio que nuclea a los trabajadores del Astillero, su titular, Francisco Banegas, dio un parte de situación.“Hasta que no nos reciba el gobierno no nos vamos”, señaló el sindicalista.
“No solo no cumplen con su palabra, tampoco cumplen con lo que escriben. Estamos exigiendo respeto y que definitivamente podamos salir de esta situación, que no es responsabilidad de los trabajadores sino del gobierno de la Provincia, del ministro de Economía Hernán Lacunza y de Trabajo Marcelo Villegas, que tienen la responsabilidad de atendernos”, expresó Banegas.
Anoche, en tanto, desde el gremio alentaban la posibilidad de llegar a un entendimiento que permita el desalojo del edificio a partir de la intervención de la Iglesia, lo cual finalmente se hizo efectivo.
El Arzobispo local Víctor Fernández visitó la planta semanas atrás, donde brindó una misa en la que respaldó la postura de los trabajadores. Poco después de las 21 Banegas, dirigentes de la comisión administrativa y de la comitiva paritaria se reunieron con Rubén Marchioni, titular de la Pastoral Social que representa al Arzobispado local, quien haría las veces de intermediario para solucionar el conflicto.