El primero de la larga serie de comicios provinciales que jalonarán este año electoral implica un triple desafío: para el oficialismo neuquino, para CFK y para el actual Presidente.

Por María Esperanza Casullo

Este 10 de marzo Neuquén será la primera provincia en elegir gobernador o gobernadora. El mapa de los contendientes en esta fecha será casi idéntico al del año 2015, con una única diferencia que puede, sin embargo, ser importante. Se repiten los mismos nombres de entre los mejor posicionados: Omar Gutiérrez (actual gobernador) por el Movimiento Popular Neuquino (MPN); Ramón Rioseco por Unidad Ciudadana Frente Neuquino (alianza entre el FPV y el Frente Neuquino conformado por Rioseco y Mariano Mansilla), y Horacio Quiroga por Cambiemos. El dato novedoso es la postulación por fuera del MPN de Jorge Omar Sobisch, ex hombre fuerte del partido y tres veces gobernador por el MPN (compite por la Democracia Cristiana).

En 2015 los resultados fueron: Gutiérrez, 40%; Rioseco, 31% y Quiroga, 20 por ciento. Hasta hace pocos meses era Cambiemos quien llegaba con mayor optimismo a esta nueva elección. La victoria del macrismo en las legislativas de 2017, su fortaleza en la capital y en el sur provincial, y la buena imagen del intendente de Neuquén capital, Pechi Quiroga, parecían augurar la derrota del partido provincial.

Sin embargo, y a pesar de la llamativa ausencia de encuestas publicadas en los últimos meses de la campaña, la confianza de Cambiemos parece haberse enfriado. La caída en la popularidad del presidente Mauricio Macri y el freno de la obra pública nacional en la provincia (sobre todo vial) tuvieron su impacto; de manera notable, en la última publicidad de campaña de Quiroga desapareció la marca Cambiemos y el color amarillo.

Las versiones indican que la competencia real se dará entre el MPN y UC-Frente Neuquino, que espera sumar los 37 puntos que obtuvieron los dos candidatos al ir separados en 2017. El MPN confía en el capital que le da el haber llegado a la elección con la paritaria docente asegurada, con un presupuesto provincial sostenido, con el despliegue territorial de siempre y con un gobernador con mayor experiencia de campaña. No será fácil ganarle al partido provincial, pero UCFN sostiene que la cercanía del MPN con el gobierno nacional estos tres años lo perjudicará.

Para demostrar que la política siempre da sorpresas, el resultado final probablemente dependa, finalmente, de cuántos puntos saque Jorge Sobisch y de dónde provengan. Si fuera el receptáculo de votantes desencantados con Cambiemos, podría ayudar a Gutiérrez; si lo fuera de votantes que se van del MPN "por derecha", podría ser un aliado impensado del kirchnerismo.

Neuquén será además el primer test electoral nacional de la estrategia de unidad diseñada por la ex presidenta Cristina Fernández, que decidió que Darío Martínez de UC acompañara a Ramón Rioseco como candidato a vicegobernador. El peronismo neuquino mayoritariamente continuó siendo fiel al liderazgo de la ex Presidenta y su posicionamiento fue decididamente opositor al gobierno nacional. (El peronismo federal no tiene peso específico en esta provincia, aunque se presentó con esta etiqueta el sindicalista Sergio Rodríguez). Aunque Neuquén no tenga peso poblacional en el padrón, sin duda será una elección muy observada a nivel nacional.

La autora es investigadora del OEAR de CIPPEC.

 

Fuente: Infobae