El 50,6% de los niños/as se encuentran expuestos a problemas de contaminación cercanos a sus viviendas sea por fábricas contaminadas, basurales, quema de basura o la existencia de plagas, según un relevamiento del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSE), de la Universidad Católica Argentina (UCA).

El derecho a un medio ambiente sano es de carácter universal y “se vincula estrechamente a otros derechos humanos fundamentales". En Argentina, los niños y niñas y adolescentes representan un 30% de la sociedad.

Niñas y niños que viven próximos a una fábrica contaminante son un 10,4% del total, aquellos que viven cerca de basurales un 28,2%, cerca de quemas de basura vive un 27,5% y en espacios barriales con problemas de plagas un 35,5%.

Por otra parte, dentro de los aglomerados, los más afectados son los chicos/as que viven en el Gran Tucumán, donde tres de cuatro niños/as viven cerca de al menos alguno de los contaminantes del medio ambiente considerados. Si bien se observa que los niños y niñas que viven en CABA tienen menos probabilidades de vivir en un medio ambiente contaminado, un 34,4% de ellos tiene ese problema.

La Organización de las Naciones Unidas ( ONU) estimó en 1996 que para mejorar las condiciones de vida se debe proporcionar servicios e instalaciones sociales adecuados, a la par de mejorar y racionalizar la planificación urbana y los proyectos de viviendas. 

En Argentina, en los sectores aventajados, el déficit de al menos tres servicios barriales llega a 18,8%, mientras que en el otro extremo social al 45,4%.

Los niños/as residentes en el GBA Oeste son los más afectados por la carencia de servicios barriales, 53,6%. Además, según los últimos datos que se dieron a conocer en el informe, se estima que uno de cada dos chicos carecen de al menos un servicio público en su barrio. A nivel geográfico, las infancias tucumanas son las más afectadas, 78%.

Asimismo, se estima que 1 de cada 2 chichos/as carecen de al menos un servicio público en su barrio. Los niños/as en el estrato trabajador marginal registran 9,4 veces más chances de carecer de algún servicio público que pares en el estrato medio profesional.

El estudio tuvo en cuenta la infraestructura de servicios básicos y estudia las privaciones en la dimensión de servicios básicos, como son las de: agua de red, cloacas, gas natural y calidad del servicio de red de agua.

No obstante, cabe señalar que el 42,6% de los chicos/as en la Argentina urbana residen en viviendas donde se reporta una calidad deficitaria del servicio de red de agua. El mayor déficit que afecta a las infancias y adolescencias es la falta de acceso a la conexión de red de gas natural (46,8%), seguido por el acceso a la red de cloacas (43,3%) y el acceso a la red de agua (13,7%).

Dentro de los grandes aglomerados urbanos, el conurbano bonaerense muestra mayores déficit en los servicios públicos, y dentro de éste la zona norte del GBA llega a niveles de 41,1%. Mientras que los aglomerados del interior urbano muestran un déficit casi nulo.

Por otra parte, un 44,3% de los niños/as vive en hogares con déficit de Infraestructura Básica de Subsistencia. Es decir que le falta alguno de los siguientes recursos: colchón para cada miembro, anafe o cocina con o sin horno, heladera con o sin freezer, calefactores móviles o fijos, o ventilador o aire acondicionado.

En consecuencia, el déficit de infraestructura básica de susbsitencia afecta a los niños/as del estrato marginal trabajador en un 61,9%.

El estudio también resalta que los niños/as en viviendas con tres o más personas por cuarto habitable, se estima en un 22,9%; en viviendas con cuatro o más por cuarto habitable, en un 9,9%. Por último, en viviendas con cinco o más por cuarto habitable (comúnmente considerado como hacinamiento crítico) el valor llega a 4,7%.

Más de uno de cada cinco chicos viven tanto en hogares con déficit de tenencia como en viviendas precarias en términos de los materiales de construcción. Estos porcentajes se incrementan al considerar el estrato económico ocupacional más bajo a 32,9% y 38,4%, respectivamente