La suma remunerativa para el sector de los trabajadores privados vía decreto se sitúa más cerca de los $9.000 que la base estimada de $6.000, siempre en secuencia progresiva de hasta 3 pagos.

Así lo confirmaron fuentes del Gobierno, empresarias y sindicales en relación al entramado que se articula respecto de la mejora de sueldos, en rigor de proporción indirecta en cuanto a mayor beneficio para quienes menos salario perciben, es decir, aquellos que menor paritaria acordaron bajo la tormenta interminable del ciclo Cambiemos. Aquella percepción que uno de los titulares de la CGT, Héctor Daer, le remarcó a este diario en cuanto a más que un desafío empresario para que esta mejora no se traslade a los costos vía acción de formadores de precios tiene rotunda vigencia a la fecha. Si de simetrías se trata, el propio ministro de Trabajo, Claudio Moroni, se pronunció en los mismos términos.

"Las empresas tienen que sostener sus costos por volumen y no por precios", fue el textual que dejó Daer a fines de noviembre en una entrevista con este medio. En la Casa Rosada avalan tales dichos e incluso remarcan que tanto el regreso de los precios cuidados, como la "mal interpretada" decisión respecto al incremento a jubilados guarda estricta relación con principios anunciados en campaña. "Más a los que menos cobran, más a los que menos tienen", resumiría conceptos y decisiones.

La medicina de los aumentos fijados por decreto se cierne sobre los datos durísimos del escenario laboral, no en la mensura de consultora alguna sino en las cifras del Indec. El 50 % de los asalariados percibe menos de $22.000, con lo cual la supervivencia de ingresos se extiende en el mejor de los casos al día 15 de cada mes. Y la herencia recibida en cuanto a la gestión de Cambiemos de 2015 al corriente, ofrece otra certeza: el poder adquisitivo de los sueldos revela el mayor deterioro desde 2002. En la víspera se produjo un encuentro entre representantes de empresas pymes, industriales de la UIA con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y Moroni.

Si bien la CGT ha sostenido que "es parte de este gobierno", fue considerada como una expresión de buenos deseos, en la certeza de que dentro de ese consejo directivo no todos guardan simpatía absoluta con el presidente Alberto Fernández y su equipo, hay referentes claves que no solo "monitorean" las rondas de reuniones con empresarios, relevantes y pymes, en lo que sintetizan como "tracción política".

De hecho, fuentes de la UIA que participaron de la reunión con Kulfas y Moroni, señalaron que hubo reconocimiento para que la etapa en desarrollo para otorgar esta mejora, se realice "en consideración a la situación de regiones, provincias y sus respectivas economías".