Científicos de la UNLP y del CONICET alertaron sobre la situación y recomendaron “mantener todas las medidas de prevención y ataque contra el insecto, como única alternativa para evitar un agravamiento del problema”. Por su parte, desde el CEPAVE avanzan en la búsqueda de mecanismos de control biológico para erradicar al mosquito y, especialmente, a las larvas.

Atentos a las consecuencias del cambio climático y al incremento de los movimientos migratorios de una región del mundo a otra, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata advirtieron sobre la posibilidad de que el mosquito Aedes aegypti, el agente transmisor de los virus de Dengue, Zika, Chikungunya, y Fiebre amarilla, tenga mayor presencia en nuestra región.

Ante este situación, desde el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), dependiente de la UNLP y el CONICET, sostuvieron que “si bien desde diciembre a fines de marzo es la época de mayor densidad de este mosquito, y en consecuencia hay mayor riesgo de transmisión en esta zona, el ciclo de vida del mosquito se desarrolla a lo largo de todo el año en los distintos estados, huevo, larva, pupa y adulto”.

Por esta razón, los especialistas de la UNLP recomendaron “mantener todas las medidas de prevención y ataque contra el insecto, como única alternativa para evitar un agravamiento del problema”.

Por su parte, Juan José García, investigador del CEPAVE brindó un ejemplo que grafica claramente la magnitud del problema: “en el cementerio municipal hay aproximadamente 300 mil floreros, de esa totalidad puede ser que 500 de ellos tengan larvas de este insecto en septiembre, la población irá creciendo y en febrero casi el 100% de los recipientes con agua tendrán larvas y pupas de A. aegypti, y así aumentará la cantidad de hembras picando y colocando huevos. En ese momento la población de mosquitos va a estar en plena actividad y es cuando el riesgo de transmisión de las virosis es mayor”.

Ante este panorama, se espera que con las altas temperaturas, el ciclo de vida del mosquito se acelere y apenas en 15 días pasa de huevo a mosquito adulto en condiciones de poner una nueva generación de huevos, aumentando la presencia del insecto en la ciudad.

Desde el CEPAVE avanzan en la búsqueda de mecanismos de control biológico para erradicar al mosquito y, especialmente, a las larvas. Es decir, la utilización de enemigos naturales que permiten regular y controlar el crecimiento de las poblaciones de mosquitos.

Dentro de la gama de los patógenos, se descubrió un hongo llamado Leptolegnia  chapmanii que, en las pruebas de laboratorio y de campo, ha demostrado tener una gran efectividad en la eliminación del mosquito. La ventaja de esta alternativa es que no afecta a otras especies animales ni vegetales.

En este momento los científicos de la UNLP están trabajando en la búsqueda de medios artificiales para producir el hongo en un medio de cultivo que sea barato y a gran escala, teniendo en cuenta que conserve la viabilidad y efectividad durante varios meses.