Martín Kremenchuzky es atleta, tiene síndrome de Usher por lo cual no escucha sin audífonos y hace 11 años perdió la visión. Igualmente fue al colegio, al club, se recibió de ingeniero en sistemas, pero fue avanzando la pérdida de visión hasta quedar absolutamente ciego.

Contó su historia en #BienestaryOtrasYerbas por la 97.7. "Cuando me pasó quedé como un año tirado. Ciego y casi sordo, con problemas de pareja, con problemas laborales porque ya no podía programar en la computadora. Los días eran interminables. Perdí las ganas de vivir."

El triatleta relató que "el nacimiento de mi hijo coincide más o menos con mi pérdida de visión. Era mi cable a tierra. Cuando mi hijo empezó a crecer pensaba que se iban a burlar de él por el papá. Y por él decidí que tenía que salir adelante. No quería que me viera como un pobrecito. Encontré en el deporte la posibilidad de salir adelante".

Así comenzó la historia de superación. "Primero hice remo, después empecé a correr. Tengo que correr con un guía, así que aprovechaba para hacer sociales. Yo era el único ciego, así que para todos era una curiosidad. Me convertí en maratonista. Me ayudó a subir la autoestima, a sentirme mejor física y socialmente. Fue la mejor terapia para salir adelante."

Después se animó al triatlon, y no paró hasta el Ironman. Ahora es conferencista, escribió el libro "Confianza Ciega" y sigue el camino de la superación.

Lo encontrás en las redes como ironman no vidente o como Martín Kremenchuzky.

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