A partir del 10 de diciembre, Alberto Fernández y su equipo deberán enfrentar profundos desafíos macroeconómicos estructurales y una senda compleja de reestructuración de su deuda y renegociación de su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, según los pronósticos de Fitch Ratings.

A principios de mes, la calificadora ya había reducido de "estable" a "negativa" la perspectiva de la deuda soberana argentina debido a la crisis económica y la incertidumbre que despierta el programa fiscal del próximo gobierno y sus posibilidades de financiamiento.

Fitch afirmó que los riesgos fiscales, políticos y de gobernabilidad continuarán condicionando las perspectivas económicas de América Latina en 2020 y harán que se mantengan las presiones bajistas para las notas soberanas de los países de la región.

"América Latina incluye el mayor número de Perspectivas Soberanas Negativas entre las regiones del mundo. Ha sido desafiado por el persistente deslucido crecimiento en los últimos años y es probable que los riesgos bajistas persistan en 2020", indicó la agencia.

De los 19 países de la región calificados por Fitch, siete tienen perspectiva negativa, lo que refleja una coyuntura más pesimista que la de finales de 2018, cuando solo cinco economías detentaban proyecciones hacia la baja.

La calificadora destacó las complicaciones que tuvieron los gobiernos latinoamericanos para reducir sus déficit fiscales y estabilizar la deuda pública en medio del modesto entorno de crecimiento global y las rigideces presupuestarias.

Además señaló que los recientes estallidos sociales que se dieron en varios países de la región, y que no descarta se propaguen a otras naciones vecinas, sólo aumentarán las presiones sobre el gasto públicos y las restricciones políticas.

"Los estallidos resaltan las debilidades institucionales de larga data: amplia inequidad de ingresos, limitada creación de empleos y una percibida falta de acción política de los gobiernos para abordar estos problemas", afirmó Fitch.

La agencia indicó que la magnitud del impacto de esos disturbios sobre las calificaciones "dependerá de factores específicos de los países".

En este sentido, Fitch resaltó que el panorama de Bolivia se mantiene muy incierto tras el golpe de Estado contra Evo Morales.

También se refirió a la situación de Uruguay, luego de las reñidas elecciones presidenciales del último domingo y aseguró que el nuevo gobierno heredará un enorme déficit fiscal y una creciente carga de deuda.

La agencia también apuntó al complicado contexto internacional, en medio de la intensa guerra comercial que mantienen Estados Unidos y China, y señaló que los desafíos externos para la región siguen siendo significativos. Según Fitch, la ralentización económica global seguirá restringiendo la proyectada modesta recuperación para el próximo año y muchos países de la región se verán expuestos a una eventual escalada en la disputa entre Washington y Pekín.

El pronóstico fue concluyente: "En particular, economías de rápido crecimiento previo, como Chile y Perú, también se han desacelerado. Se pronostica que América Latina seguirá siendo la región de mercado emergente con el crecimiento más débil en 2020".