Se trata de Roberto Juan Yannuzzi, acusado de cometer "actos impuros".

"La decisión tomada por el Santo Padre implica que el señor Yannuzzi no podrá ya ejercer de ningún modo el ministerio sacerdotal, ni de manera pública ni de manera privada", describía el comunicado del arzobispo Víctor Manuel Fernández.

El texto decía que Yannuzzi "ha sido hallado culpable de los delitos contra el sexto mandamiento (actos impuros) con adultos, de absolución del cómplice y de abuso de autoridad".

"Las acusaciones, que afectaban a religiosos que formaban parte del Instituto Miles Christi, del cual era fundador y superior, exigían la intervención de la Santa Sede", escribía Fernández.