Nueve personas en un pequeño avión, entre ellas el presidente de la Nación, por lo menos en una primer mirada, es una imprudencia absoluta en los tiempos más álgidos de la pandemia.

La confirmación del coronavirus en el intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde y la sospecha que al final no afectó al ministro Daniel Arroyo, es un llamado de atención a todos los funcionarios, especialmente al primer mandatario.

Hay que entender, que el virus no hace diferencia de clases y pega donde le abren las puertas, aún arriba de un avión. ¿Se imaginan si se tuviera que blindar Olivos, la Casa Rosada, el Congreso, la legislatura bonaerense y algunos municipios por un efecto cascada de contagios?

Quedaríamos en medio de una situación institucional inédita y frente a un papelón mundial, después que todos los organismos internacionales elogiaran a la Argentina por haber ocupado el primer escalón de la prudencia.

Además, AF perdería todo el poder de fuego que le dan las encuestas. El jefe de Estado, ya estaba notificado de que algo estaba haciendo mal. Hace un par de semanas, un periodista le hizo saber en una de sus habituales conferencias de prensa para prolongar el aislamiento, que una sobrina le había mandado a decir: "Que se cuide el Presidente y que use barbijo".

Parece que Alberto no escuchó el clamor de la niña. Luego se lo vio en Formosa abrazándose con el gobernador Gildo Insfrán y algunos funcionarios.

Un gesto que no se condice con las exigencias que nos están marcando desde el Gobierno a todos los ciudadanos. El ejemplo tiene que venir de arriba, decía mi abuela.

Hoy las luces rojas se han encendido entre los funcionarios nacionales, provinciales y legisladores.

El Presidente suspendió sus actividades de este sábado y domingo. También se hizo un test preventivo. Si nos comunican los expertos que estamos en el peor momento de la pandemia, el alerta es para todos. De la Quiaca a Olivos y de allí, hasta Tierra del Fuego.

El infectólogo Pedro Cahn, integrante del consejo de expertos que asesora al Presidente sobre el coronavirus, respaldó la decisión de suspender su visita a la provincia de Catamarca. En ese marco, el epidemiólogo descartó que haya una "relación" entre ese positivo de Insaurralde y la salud presidencial.

"Tiene controles médicos y hay una Unidad Médica Presidencial que cuida la salud del Jefe de Estado que habrá tomado los recaudos correspondientes", concluyó. ¿Qué puede decir Cahn?.Tal vez le haya dado un tirón de orejas en privado.

Lo cierto es que Alberto Fernández arribó en la noche del viernes al Aeroparque metropolitano Jorge Newbery desde La Rioja y tras cartón decidió suspender la visita a Catamarca por prevención. Lo hizo tras conocerse el resultado positivo del estudio de coronavirus del intendente Insaurralde, con quien el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, que era parte de la comitiva que acompañó al Presidente en su viaje, había compartido recientemente una reunión.

Lo grave es que Arroyo integraba la comitiva que visitó La Rioja, con otros los ministros clave como los del Interior, Eduardo de Pedro; de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa; el secretario General de la Presidencia Julio Vitobello, la secretaria de Promoción Turística, Yanina Martínez y el vocero presidencial Juan Pablo Biondi.

Arroyo, por su parte, regresó en otro vuelo, tras enterarse de lo de Insaurralde y luego de haberse realizado el hisopado en La Rioja y aguardar los resultados desde Buenos Aires cumpliendo con los protocolos establecidos para "casos sospechosos".

El se había reunido días atrás con Insaurralde. Finalmente, el resultado le dio negativo y ello provocó alivio en el entorno presidencial.

Pero por la onda expansiva del caso Insaurralde, se dispararon también las alarmas en el ámbito más cercano al gobernador Kicillof. No es para menos, el Secretario General de la Gobernación, Federico Thea y el presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín, también debieron entrar en cuarentena y hacerse hisopados junto con sus familiares cercanos porque estuvieron con el intendente de Lomas.

Otermín decidió aislarse y someterse al hisopado debido a que mantuvo contacto con Insaurralde, el miércoles. Luego se supo que el exámen dio negativo. Hay que decir que el jefe de la Cámara de Diputados es un histórico y estrecho colaborador de Insaurralde. Su esposa, la diputada nacional Daniela Villar, también se hisopó.

Una decisión similar tomó el secretario general de la Gobernación bonaerense, Federico Thea, debido a que también compartió un acto con Insaurralde hace dos días.

El que se comprobó que contrajo coronavirus, fue el vicepresidente de la Fundación Bapro, Alejandro Alegretti, tras haber estado reunido días atrás con el intendente de Lomas de Zamora.

Insaurralde está internado en el Hospital Llavallol con un cuadro febril y se le realizaron estudios en las vías respiratorias. Los cuidados son extremos, teniendo en cuenta que fue paciente oncológico.

Pero, al mismo tiempo, con el correr de las horas se conocen contagios de coronavirus en nueve personas cercanas al alcalde, entre funcionarios municipales de primera y segunda línea y hasta el propio chofer.

Entre los nombrados se encuentran el secretario de Gobierno, Martín Choren; su par de Obras Públicas, Emiliano Piergiovanni, y la secretaria Privada de Insaurralde, Vicky Bourio, todos con resultado en la mano.

A ellos se suman el director de Compras, Daniel Perfumo (asintomático), y el director de Personal, Matías Urso, además del chofer del intendente, de nombre Andrés.

Por otro lado, el subsecretario de Recursos Humanos, Matías Ruiz, espera resultados, pero teniendo en cuenta los datos anteriores sería extremadamente difícil que su resultado no siga el mismo camino.

Todos participaron de un modo u otro de la reunión del Comité Operativo de Emergencias de la Municipalidad de Lomas para actualizar protocolos y coordinar acciones de prevención en pos de enfrentar justamente la pandemia.

Por el momento dramático que se vive y donde hay ministros que advierten que podemos terminar apilando cadáveres en las calles si no se respeta el aislamiento, los funcionarios deberían entender que además de nosotros, son ellos los que deberían volver a la fase uno y dar el ejemplo con protocolos más rígidos, ya que están muy expuestos al contagio.

El país no puede quedar a la buena de Dios.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.