Habrá que ver qué sucederá a partir del día después. Se votará el domingo 27, de no mediar sorpresa resultará electo presidente Alberto Fernández y hasta el 10 de diciembre quedará por delante una eternidad. Ya el resultado de las PASO había abierto un agujero negro que derrumbó marketing, trolls y medios/periodistas amarillos ¿Cuánto tiempo soporta la Argentina en desgobierno y profundización diaria de la crisis que pega de lleno en los hogares más vulnerables?

Si entre las PASO y las elecciones definitorias en las reparticiones gubernamentales vienen preocupándose más por bailar al compás del #SíSePuede y por efectivizar personal propio en lugares seguros de continuidad y detonar de apuro algunas áreas que les quedaron pendientes de destrucción, qué pensarán abordar en la recta final.

La legalidad le otorga al macrismo el espacio como para ordenar sus cosas e irse en el momento estipulado por Ley en caso de resultar derrotado. En medio, transcurrirá una Argentina recargada de pobreza y penurias que requiere de atención inmediata.

“Se cumplirán los tiempos que corresponden”, enarbolan en la Casa Rosada, donde los funcionarios de distintos niveles prefieren el silencio de radio o derramar optimismo hueco basado en datos de la misma irrealidad preferida por el presidente en estos casi 4 años en el Ejecutivo.

Pudo saberse que existen conversaciones entre el espacio encabezado por Alberto Fernández y referentes sensatos del oficialismo que permiten suponer otra posibilidad de cambio de mando.

¿Una transición a todo ritmo? ¿Un adelantamiento? De momento preguntas; porque Macri prefiere seguir en su maravilloso mundo, como el de Alicia, en el que sólo él y sus arlequines ven el cielo celeste, un sol radiante y ningún pronóstico de lluvias: Léase, mejoras estructurales, punto de partida para una Argentina próspera y aplausos de principales países del mundo por el rumbo elegido.

En tanto, mientras Alberto Fernández y equipo se preparan y guardan cartas para el día después del 27, una vez materializada la demostración de las PASOMacri y colaboradores se divierten en caravana y proyectan los debates presidenciales estipulados, sobre la base de que “ahí quedará a la vista por qué no se pudieron alcanzar algunos objetivos”. Sí, está leyendo bien, creen eso.

“Macri tiene todo para ganar en los debates”, repiten como loros en staff de macristas duros. Es creer o reventar. Como también lo es la curiosidad de que el presidente viene revoleando promesas a granel, bajo una suerte de extraña consigna que podría interpretarse: Vótenme, que corregiré todos los errores cometidos y veremos salir el sol.

El 28 de octubre no será un día más en Argentina, se correrá un velo.

Alejandro Delgado Morales.