El 57,7% de los asalariados formales percibe ingresos que no le permiten mantener a una familia tipo por encima de la línea de pobreza. Si bien esta semana se publicó por primera vez en 13 años una desocupación de dos cifras, la fuerte caída de los salarios reales generó un pico en otro indicador importante: el de los trabajadores que, a pesar de seguir empleados, no logran cubrir una Canasta Básica Total ( CBT).
El dato surgió de un informe de Proyecto Económico, el equipo de analistas de la diputada Fernanda Vallejos. La investigación destacó que la forma de estimar el global de las la situaciones individuales de los ocupados frente a la CBT es evaluar qué porcentaje de asalariados formales tiene un ingreso suficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia tipo. "El hecho de que no lo logre, no garantiza que el hogar sea pobre, pero sí obliga a que los otros miembros del hogar deban salir al mercado laboral para complementar los ingresos del jefe de hogar, causando, en muchas ocasiones, la deserción escolar de los adolescentes", afirmó.
Justamente los datos del mercado de trabajo publicados por el Indec esta semana mostraron que la desocupación creció 1 punto interanual porque los bajos ingresos asalariados obligaron a los otros integrantes de los hogares a buscar un empleo, no lográndolo en muchos casos.
Luego el informe destacó: "Durante el último año, producto de paritarias que promediaron incrementos salariales muy por debajo del alza general de precios, especialmente de los alimentos, pero también por el rezago del salario, se incorporaron a este batallón de trabajadores que mantiene ingresos por debajo de una canasta básica para una familia tipo, un 14% de trabajadores al casi 44% que existía a fines de 2017, por lo que ese universo alcanzó a casi el 58% de los trabajadores".
"Tras los ajustes de precios relativos, se ha extendido la situación de vulnerabilidad a sectores con derechos laborales plenos: los asalariados formales", sostuvo.