La construcción sigue sufriendo los embates de la crisis, a tal punto que en un proceso de fuerte deterioro que lleva más de un año, la actividad  cayó al menos un 10% en junio con la pérdida de 3.000 empleos, coyuntura que se extendería hasta fin de año por la falta de presupuesto del Gobierno para la obra pública.

Los datos fueron aportados por empresas nucleadas en la Construcción Cámara Argentina de la Construcción,  que anticiparon que a este escenario se suman las "demoras de Nación en el pago de deudas tanto a empresas como a los gobernadores".

De acuerdo con las fuentes, la obra pública no reacciona por el gran ajuste fiscal que recortó las partidas, mientras que "la obra privada no se recupera por la desastrosa situación de la economía".

En la actualidad, la industria de la construcción cuenta con 400 mil empleos y las perspectivas son de una pérdida mayor de puestos de trabajo. En el caso del pago a las constructoras, el pago de las obras "demora 60 días", dijeron las fuentes de empresas.

En el universo de productos asociados a la actividad de la construcción, también se verifican fuertes descensos en las ventas de cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua. Si bien desde Construya informaron en mayo una mejoría en las ventas respecto de abril, en la Cámara de la Construcción negaron que haya un repunte en la actividad.

"Es impensado que la actividad vuelva a impulsarse por lo que veremos un empeoramiento, y será muy grave en distritos como la provincia de Buenos Aires y en especial, el Conurbano bonaerense", expresaron las fuentes. Esta coyuntura ya provocó un debilitamiento en la cadena de pagos debido a que el freno o la desaceleración de los proyectos en marcha afecta el pago a los proveedores.

Asimismo, según una solicitada de la Cámara Salteña de la Construcción, se nota la "inevitable" disminución o paralización de obras en curso, "con el consiguiente despido de personal, alteración de la cadena de pagos, cierre de empresas y cancelación o retraso en la entrega de las obras a sus beneficiarios naturales". Los empresarios explicaron que están afectados por la inflación y el retraso de los pagos, algo por lo que aseguran que hicieron las gestiones ante organismos nacionales y provinciales: "No hemos obtenido ni respuestas ni soluciones".

En el comunicado explican que muchas obras "pudieron terminarse con los aportes de fondos propios realizados por las empresas constructoras", en muchos casos recurriendo a financiamiento bancario.