Cuando les llegue el momento, se pondrán el cuchillo entre los dientes. Pero no todo será guerra, ya que los acerca su fanatismo por los colores del mismo equipo de fútbol, además de su admiración por Diego Maradona su actual DT. Tal vez por esa razón, puedan llegar a conciliar cuando se acerque la hora de hablar de dinero.

El destino dice que el ministro de Economía, Martín Guzmán y Marcelo Delmar, ambos platenses e hinchas de Gimnasia, saldrán a la cancha para negociar la deuda externa.

Sobre el terreno, defenderán intereses opuestos. Guzmán es economista, pasó por el Colegio Nacional y se recibió en la Universidad de La Plata.El otro hombre fuerte de las altas finanzas de Wall Street, es hijo de Héctor Atilio Delmar, considerado por la mayoría de los hinchas como el mejor presidente de toda la historia de Gimnasia.

Fue elegido cinco veces en su puesto. Durante su gestión el club  ganó el hasta ahora único torneo de la larga trayectoria de la institución, la Copa Centenario, nada menos que en una recordada final con River Plate en 1994.

Delmar y Guzmán, antes de que éste se hiciera cargo del ministerio mantuvieron un diálogo de tono totalmente informal, donde no se habló de la batalla que se avecina por la deuda, sino de fútbol. Y obviamente la conversación giró en torno a la incorporación de Diego Maradona para dirigir el equipo platense.

Que el ministro de Economía y el negociador designado por la deuda compartan la misma pasión futbolera pasó a ser, por lo tanto, un dato relevante en el complejo proceso que se viene. Mens Sana Advisors, de Marcelo Delmar, será el representante del “steering commitee”, es decir el consorcio de acreedores que busca tener una posición relevante en la reestructuración de deuda. En esa tarea estará junto al banco de inversión suizo UBS.

La ventaja es que permite ordenar mejor las próximas negociaciones al tener un grupo identificado y definido de bonistas. Eso sí, es posible que surja algún otro grupo en las próximas semanas. La suma que estará en juego, es por la friolera de unos 50 mil millones de dólares.

Para conocer la carta de presentación de Marcelo Delmar, se puede decir que fue jefe de mercados de capital de deuda de América Latina de BNP Paribas SA. También ha ofrecido asesoramiento en recientes conferencias telefónicas con algunos de los mayores acreedores de Argentina.

El grupo de bonistas, que cuenta con unas tres docenas de miembros, ha sostenido contactos regulares durante los últimos meses para intentar formar un frente común antes de las conversaciones esperadas. Esos fondos consideran que Delmar es un intermediario confiable que comprende a Wall Street, pero que también es un rostro familiar para sus futuras contrapartes negociadoras en Buenos Aires.

Delmar, ya hizo sus primeras armas cuando estuvo en el centro de algunas de las primeras ventas de bonos de Argentina desde que el país regresó a los mercados internacionales a principios de 2016.

En esa dirección, BNP ayudó a gestionar ventas de deuda para el gobierno y las provincias de Buenos Aires, Chaco y Chubut. Delmar también ayudó a dirigir el trabajo de UBS Group AG en la reestructuración del país en 2005.

El papel de Delmar en las conversaciones preliminares sugiere que algunos de los mayores tenedores de bonos de Argentina quieren lograr un ambiente más conciliador para evitar que se repita el drama legal que se prolongó por 15 años y que dejó a la segunda economía más grande de Sudamérica fuera de los mercados mundiales entre 2001 y 2016.

El dato más apremiante sobre la deuda surge de los pagos comprometidos a corto plazo. Según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), entre enero y junio de 2020 el Tesoro Nacional deberá cancelar vencimientos por 45 mil millones de dólares. De ese total, 19 mil millones (42%) están nominados en moneda extranjera, y unos 26 mil millones en moneda nacional.

Si se excluye la deuda intra Estado, los vencimientos ascienden a 24 mil millones de dólares, con la mitad nominada en dólares.
No se puede dejar de observar, que el peso de la deuda condiciona fuerte el mandato de Alberto Fernández.

Los vencimientos trepan a los 200 mil millones de dólares entre 2020 y 2023. Todo es gentileza de Mauricio Macri, que hizo escalar el endeudamiento del 52% del PBI en 2015 al 81% del segundo semestre de 2019, momento en el que entregó el timón de un país en agonía.

Alberto Fernández ya mostró su deseo de un "reperfilamiento" más amigable, utilizando como modelo el incumplimiento de Uruguay en 2003. Sin embargo, muchos bonos soberanos argentinos se cotizan a solo 40 centavos por dólar, lo que sugiere que los inversores se preparan para grandes pérdidas.

En medios confiables se señala que las reservas del Banco Central que dejó Macri son de apenas US$7.200 millones en liquido, el resto son papeles . El pronóstico del Palacio de Hacienda es que el dólar blue se ubique en los $124 a fines de marzo, calculando un promedio entre las reservas del banco Central, los depósitos de particulares y el mercado negro.

Poco más de una semana después de asumir el cargo, el presidente Fernández se vio obligado a retrasar el pago de US$9.100 millones en Letras del Tesoro Nacional (Letes), debido a que el banco central se quedó sin dólares. Fue la segunda medida de este tipo en cinco meses e dejó de manifiesto la gravedad de la crisis de deuda que enfrenta Argentina.

Ahora Fernández tiene que persuadir a los tenedores de bonos para que reprogramen los pagos para ganar algo de tiempo mientras intenta reactivar la economía.

Los especialistas creen que no habrá plan económico mientras no haya una solución al problema de la deuda. El pago de los intereses –cuánto, cómo y cuándo– condiciona absolutamente a la economía del país.

El único objetivo claro que Alberto Fernández tiene por ahora es poner más dinero en el bolsillo de las clases más bajas. A esto se le suma el congelamiento de las tarifas.  

Delmar, de Mens Sana Advisors, tendrá su primer prueba de fuego muy rápido, ya que fue designado para avanzar con la renegociación de bonistas con la provincia de Buenos Aires.

En enero vencen más de USD 700 millones.En sus tiempos de BNP Paribas, Delmar participó en varias colocaciones de deuda bonaerense, por lo que tiene un amplio conocimiento sobre los distintos tipos de instrumento emitidos y las cláusulas de los mismos. Esta vez, un comité de acreedores liderado por el fondo de inversión Greylock Capital contrató a las firmas Mens Sana Advisors y BroadSpan Capital como asesores financieros.

La provincia tiene una deuda que supera los USD 11.500 millones, pero más del 80% está emitida en dólares, por lo que las últimas devaluaciones resultaron un duro golpe para las finanzas del distrito.

El Ministerio de Hacienda y Finanzas bonaerense inició conversaciones con los tenedores de los bonos internacionales, USD 750M 10,875% con vencimiento en 2021, que según su cronograma debe pagar intereses el próximo 26 de enero, a "compartir sus puntos de vista respecto de la manera de alcanzar un alivio financiero transitorio para la Provincia".

Según los mercados, el riesgo de un default para Argentina ya supera el 80 por ciento.Axel Kicillof anunció que no pagará el vencimiento de la deuda de la Provincia de Buenos Aires el próximo 26 . Era previsible dado el monto a pagar de un papel emitido en la gestión Scioli, 275 millones de dólares, el cierre de los mercados de crédito internacional para Argentina y la poca voluntad del gobernador de imponer esfuerzos fiscales para poder cumplir con pagos de la deuda. 

A fin de cuentas, todos los analistas están de acuerdo en que si Kicillof no lograse un acuerdo exitoso, la Rosada no tendrá otro remedio que salir al rescate. Es acá donde muchos piensan que el gobernador está usando esta volatilidad financiera a su favor.

El objetivo del gobierno provincial es prorrogar los vencimientos de deuda de más corto plazo hacia adelante para ganar respiro. Lo que se observa hasta ahora es apenas el primer paso de una carrera provincial más larga.

La cuestión es simple: si hoy no hay plata con la cual pagar un treceavo de lo que acaece en estos dos años, por más que lo facilite la Nación, menos la habrá más adelante (el ratio deuda pública/ingresos de la provincia supera el 80%). Por lo tanto, aunque Kicillof logre “reperfilar” ahora, es clara la necesidad del Gobierno bonaerense de consolidar y renegociar todos estos vencimientos más adelante.

Así mientras el objetivo por ahora es solo ganar tiempo hasta mayo y que lo que suceda con la deuda provincial sirva como “señal” para la renegociación de la nacional. A partir de ahí los roles se invierten y lo que suceda con la deuda nacional debiera servir de señal para avanzar de lleno en la renegociación de la provincial.

La verdad es que no se sabe qué sucederá, pero el juego es claro. De ahí a que sea exitoso, es otra cuestión. Kicillof tiró la moneda al aire y ahora habrá que esperar hasta que caiga para saber el resultado.


*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, ir al sitio: Jorge Joury De Tapas.