Los memoriosos recordaron algunos pasajes de la película que en 1989 protagonizaron Michael Douglas y Kathleen Turner y que se tituló “La guerra de los Roses”.

Es la historia de un matrimonio que comenzaba con apasionado amor y que el día a día los llevaba a una confrontación absoluta. En el Congreso de la Nación, en la apertura de sesiones, los roces entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández recordaron a los Roses de la película.   

¿Algunos se preguntaron si comenzó a crujir la coalición gobernante?. Lo cierto es que el país quedó perplejo después del gesto enfático de CFK, que generó diversas lecturas en redes sociales, donde se viralizaron las imágenes. "Acá se terminó”, dijo la vicepresidenta. Fue una de las pocas frases que se pudo leer sin interferencias de sus labios durante la transmisión oficial de la Asamblea Legislativa. Su interlocutor era el presidente Alberto Fernández.

Los especialistas sostienen que el lenguaje no verbal como bien se sabe es siempre más de la mitad del mensaje y en este caso lo que quedará en la historia serán los continuos desplantes de Cristina para con Alberto, como el año pasado quedó el “no saludo” con Mauricio Macri del cual aún se habla.

Las cámaras captaron que cuando el Presidente llegó al Congreso hubo un cruce con su vice. No hace falta ser un especialista en la materia, para ver quién detenta el poder en esa escena, quien hace desplantes  y quien junta las manos y agacha la cabeza. Los ademanes de la ex presidenta, que se sentía en su casa, que es el Senado, fueron tales que puede apreciarse en las imágenes como hasta los granaderos observan la escena azorados. Los expertos aseguran que también se nota como se abren las fosas nasales de Alberto buscando aire para calmar sus emociones y masticar bronca. De hecho, sobre el final Cristina advierte la presencia de las cámaras y amaga con una falsa sonrisa de disimulo que ni siquiera termina de concretar.  

Si vamos a buscar las causas, en  lo que tiene que ver con el discurso inaugural, comenzó con una larguísima introducción. Todo esto acompañado por demostraciones de enfado y desinterés de Cristina. Tanto, que de a ratos se puso a conversar con la presidente provisional del senado, Claudia Ledesma Abdala. 

La situación derivó en gestos de incomodidad por parte de todos los miembros del gabinete. Si el malestar de Cristina fue marcado era nada comparado con la molestia en el rostro de Axel Kicillof . Durante toda la ceremonia el gobernador mantuvo sus mandíbulas apretadas y orbiculares en tensión constante. Fue tal el malestar que la finalizar se pudo ver como todos respiraron aliviados. Incluso Cristina esbozó unas fugaces sonrisas mientras despedía a Alberto.  

Las redes sociales siempre atentas, se contaminaron de sospechas. Para la mayoría no había dudas: estaban frente a las pruebas de que la relación entre el jefe de Estado y su vice estaba quebrada. Otros pensaron que CFK no apoyaba el rumbo que había adoptado el gobierno en los primeros tres meses de gestión y que -seguramente- tampoco estaba contenta con el tono del discurso que tenía previsto pronunciar Alberto Fernández.

A medida que pasaban los minutos, las teorías y las lecturas de labios se multiplicaban como hongos venenosos... Pero en realidad, lo que había ocurrido parecería ser mucho más banal, pese a los gestos que mostraban una cara dramática de la relación.

El que salió a desactivar los dimes y diretes, fue el diputado nacional Eduardo Valdés, amigo de Fernández e integrante de la mesa chica del Presidente. El hombre de confianza del Papa Francisco, reveló que había hablado con el mandatario del tema durante la noche, mientras presenciaban el partido de fútbol entre Vélez y Argentinos Juniors en el estadio del “Fortín”. “Alberto le preguntó cómo seguía el protocolo y Cristina le explicó con docencia platense, enérgica, el paso a paso... Comentábamos el tema y nos reíamos mucho”, reveló.

El ex embajador ante el Vaticano aclaró  que el Presidente y CFK tienen una relación excelente pese a las siempre presentes especulaciones que giran en torno a esa sociedad política. “Cristina Kirchner es una persona que a nivel de la historia está al mismo nivel que Perón: fue dos veces presidenta, una vez vicepresidenta y tiene a su favor que ella pudo terminar sus mandatos.

Perón terminó solo el primero, en el segundo lo voltearon y durante el tercero se murió. Cristina quiere que Alberto sea el mejor presidente de la historia”, declaró Valdés.

Hay que señalar que durante los 80 minutos que se extendió el mensaje presidencial, Cristina solo asintió en un par de veces como gesto de apoyo a lo que estaba escuchando. Contrastó con la actitud que había tenido el 10 de diciembre de 2019, durante el traspaso de mando, cuando las cámaras la captaron leyendo el discurso impreso que tenía su compañero de fórmula.

Ante la Asamblea Legislativa, el Presidente hizo "Albertísmo puro". Dejó claro que el que gobierna es él. Hizo en esa dirección una mención a la herencia económica recibida, habló del desafío de la negociación por la deuda, adelantó lineamientos básicos de la reforma judicial que pretende licuar el poder de los jueces federales y anticipó que en los próximos 10 días enviará un proyecto para legalizar el aborto.

Los archivos dicen que Alberto Fernández fue jefe de Gabinete del primer gobierno de Cristina Kirchner. Renunció en medio de la crisis con el campo y se distanció. Estuvieron varios años peleados durante los cuales se criticaron públicamente. Sin embargo, Valdés está convencido de que nunca más volverán a separarse.“Nuestro valor está en la unidad, hemos aprendido de las divisiones. Además, ellos recuperaron el afecto que se tenían. Cuando te dura mucho el enojo con una persona es porque la quisiste mucho. Ahora se volvieron a encontrar con la madurez suficiente de que nunca más se pelearán”, pronosticó.

Hace pocos días, durante una charla que mantuve con el director de Poliarquía, el politólogo Eduardo Fidanza, le pregunté si le veía larga vida a la coalición gobernante. Me contestó que él creía que el peronismo había aprendido la lección y que cuando se dividió, le arrebataron el poder. "El que se quemó con leche ve una vaca y llora", según el dicho. Creo que aprendieron la lección", finalizó el analista.Lo que es una realidad, es que por momentos la coalición cruje por razones ideológicas, pero por ahora no muestra fisuras. El tiempo dirá...

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.