No leyó su discurso. Solo llevó algunas hojas con anotaciones que le sirvieron como ayuda memoria. Tampoco le tembló el pulso para lanzar críticas hacia el gobierno anterior. Inclusive, artilló también contra la gestión de Daniel Scioli.

Al encabezar el acto de apertura del 148 período de sesiones ordinarias de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof lanzó frases explosivas y sin anestesia por la crisis heredada.

“Hemos encontrado muchos lugares en una situación de abandono en la infraestructura de la provincia. Es cierto también que es atribuible a situaciones estructurales más antiguas”, precisó.

Kicillof usó el término "abandono", sumando más dramatismo a su frase de "tierra arrasada".

Lo hizo, para graficar el estado en que están gran parte de la obra pública, los caminos, los hospitales y hasta los propios edificios del Estado, dejando en claro que los anuncios que hacía María Eugenia Vidal, eran "puro marketing" y que el dinero lo empleaba en publicidad, "para blindar a su gestión de las críticas de la prensa".

“Se habían jactado de que habían dejado la caja repleta. Hubo dos medidas, una se llama en la jerga pisar la caja.

Es demorar, no hacer los pagos. Eso se manifiesta después con obligaciones que no se realizan.

El alimento para las prisiones tenía que ver con esto. También se hizo con el IOMA. Acumuló una deuda total de 76 mil millones de pesos. Hubo una política de interrumpir pagos. Es parte tal vez del folcklore”, sostuvo.

Sobre esa plataforma, que ocupó todo su mensaje, de unos 100 minutos, el mandatario presentó las medidas de emergencia que debió tomar y esbozar planes que está poniendo en marcha. "Empezamos a reparar lo que está roto; el gobierno ya está en marcha", fue una de sus últimas frases, que constituye un buen resumen de su exposición.

En ese marco, fue enfático al confirmar su alineamiento política y estratégico con el presidente Alberto Fernández en la reestructuración de una deuda que, ratificó, es "impagable" e "insostenible".

En este caso, hizo hincapié en la situación crítica de endeudamiento de la provincia, y detalló que para 2020 "hay 220 mil millones de pesos de vencimiento de deuda". “Estamos junto con Alberto y con Guzmán trabajando para salir de una situación dramática de la deuda”, sostuvo. Sobre la situación en materia de educación, afirmó que es prioridad “absoluta” de su gobierno.

Denunció que desde agosto de 2019 se dejaron de pagar servicios básicos en las escuelas, y que al asumir habían “1086 millones de pesos en gas y luz” sin pagar, y habló del presupuesto: expuso que las transferencias para infraestructura escolar cayeron 85% entre 2016 y 2019.

Sin plantear reclamos concretos, ni tampoco formular anuncios, plantó banderas para instalar dos temas ásperos en la agenda federal: la discusión histórica sobre la coparticipación y su expectativa de que la provincia participe del negocio de Vaca Muerta.

Lanzó también un desafío a la oposición: "Si quieren privilegiar a los más pudientes, la relación va a ser muy difícil". Prometió también "dar vuelta la crisis" y se permitió bromear: "Yo por suerte no soy ahora el ministro de Economía; tenemos otro".

Kicillof además cuestionó las diferencias de recursos de la provincia y la Ciudad de Buenos Aires. "De un lado hay plazas colgando de las paredes, y del otro hay caminos de tierra y faltas de cloacas", ironizó.

"Qué tenemos que hace en la provincia para que termine esta cuestión de inequidad que hace que no podamos atender las necesidades mínimas indispensables", dijo Kicillof sobre el final de su discurso a senadores y diputados.

Antes, había detallado que el 55% de la pobreza del país ocurre dentro de la provincia. "Con la desocupación ocurre lo mismo: el 60% de los desocupados del país están en el territorio bonaerense", aclaró.

Uno de los logros de su gestión que más resaltó, fue el incremento de visitantes a la costa atlántica y la temporada histórica que tuvo Mar del Plata y diferentes ciudades de la costa.

También destacó la decisión de frenar el aumento de tarifas, de peajes y del combustible, y asoció algunas de las medidas a una continuidad en la provincia de las que tomó el presidente Alberto Fernández en la Nación.

En esa dirección, afirmó: “Las decisiones que se toman desde el gobierno y la legislatura tienen resultados. Si sabemos apuntar bien, dónde poner los recursos y a quién favorecer, vamos a dar vuelta esta crisis y vamos a poner de pie la provincia”.

Con respecto al control del las tarifas resaltó su decisión de suspender el aumento de la luz durante seis meses y dejar sin efecto la medida que había tomado María Eugenia Vidal. “Cuando llegamos, una parte de la boleta se pagaba en dólares. Establecimos una revisión integral de esos acuerdos. También queremos ver cuáles fueron las ganancias del sector y si se cumplieron las inversiones. Tienen que ser justas las ganancias”, explicó.

En sintonía con el discurso de Alberto Fernández en el Congreso, Kicillof dijo que “para la provincia no hay nada peor que un plan neoliberal” y que “nunca más debe volver el neoliberalismo a gobernar”.

“La provincia de Buenos Aires es el corazón productivo del país. Representa el 40% de lo que produce el país y tiene al 30% de los trabajadores registrados. Requiere de todos los instrumentos que el neoliberalismo dejó de lado”, señaló.

Durante su discurso también utilizó la evaluación sobre la gestión de Vidal para comparar lo hecho en el pasado y lo que hizo su gobierno en la actualidad.

Fue y volvió en el tiempo, dando detalles de lo que encontró en las cuentas públicas y hasta los edificios estatales, como la propia Casa de Gobierno, en estado de total abandono.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.