En un marco de recesión en aumento, una inflación que parece no encontrar techo, con todas las variables, tanto económicas, sociales y laborales han empeorado con relación a las existentes al 10 de diciembre de 2015, fecha de asunción del Presidente Macri.

Donde el salario es la única variable no sujeta a ajuste, mientras que si lo están las tarifas de todos los servicios públicos, el precio de los combustibles, el de los peajes, transportes etc., nos aproximamos a un fin de año, el tercero y anteúltimo de la actual gestión de gobierno, que intenta poner paños tibios a una situación laboral y social sumamente crítica, que registra pérdida del poder adquisitivo de los salarios y beneficios previsionales, incremento de la desocupación y de la pobreza.

Para ello, recurre a una por demás desprolija implementación de un engañoso bono, teórica y nominalmente de $ 5.000 que alcanza a un segmento parcial de la población en relación de dependencia y afectado por el impuesto a las ganancias, que lo reduce considerablemente y va a impactar muy tenuemente en mercado interno.

La gestión Macri, presenta una situación realmente crítica de pérdida de puestos de trabajo y de agravamiento de la situación social que procuraremos graficar con dos ejemplos a saber:

Uno de ellos, pasa por la apertura de la importación a sido nefasta para el nivel de ocupación, implicando en la práctica, importación de mano de obra extranjera y pérdida de puestos de trabajo locales,

Ello se grafica en la permisividad del ingreso de carne porcina procesada, que pone al borde del cierre a diez mil criaderos de cerdos, si computamos una ocupación promedio entre 5 y 10 trabajadores por criadero, ello implicará la pérdida de entre cincuenta y cien mil puestos de trabajo, a más del impacto negativo sobre la industria frigorífica del sector.

Entre otros, están excluidos del referido bono, los jubilados y pensionados, que en este año resignarán en sus haberes, como mínimo, 20 puntos respecto de la inflación y los amenaza una nueva reforma previsional, aún más desfavorable que la ya implementada, impulsada por el F.M.I. entre las condicionalidades del memorándum de entendimiento suscripto por nuestro país, a quienes lo mejor que el gobierno les ofrece para intentar paliar la pérdida de poder adquisitivo es la posibilidad de acceder a un crédito, que luego de tunear el ARGENTA de la anterior gestión, que en la actual no solo se vio renovado en su nombre, ahora Credito ANSES, sino también modificaron las tasas de interés, que en la gestión anterior era del 24% y actualmente la Anses colocó en el 55,48 % la tasa anual. Si a ello agregamos la reducción de las coberturas del P.A.M.I., debemos concluir que muchos de esos conciudadanos se submedican por la imposibilidad económica de costear sus medicamentos y ello implica empeoramiento de su calidad de vida y reducción de sus expectativas de supervivencia.

Dicho sin tapujos, viven peor y mueren antes.

Esta situación, que no se detecta estadísticamente en lo inmediato y solo será comprobable en el mediano o largo plazo cuando se registre un amesetamiento, cuando no un retroceso en la vida media del sector.

La crueldad de esa situación es realmente escalofriante.

Los hechos descriptos hablan por sí solos y los comentarios huelgan.

Fuente: Oscar Cuartango