Las noticias económicas que llegan del exterior, no son buenas para nuestro país. Argentina fue el país que más aumentó su relación deuda sobre PBI en el último año.

Así lo destacó en las últimas horas el Institute of International Finance (IIF), la asociación de los principales bancos comerciales y de inversión a nivel global.

La suba de 34,3 puntos en el ratio deuda/ PBI puso al país no sólo en el tope del ranking de emergentes sino que también superó a los desarrollados. El IIF destacó ese dato en el mismo día en el que el FMI alertó sobre la posibilidad de una nueva disparada del indicador.

El total del ratio deuda/ PBI llegó a 127,1%, tras el último salto generado por la devaluación que arrancó a mediados de febrero y que continuó en marzo. Eso incluye la deuda pública (para Hacienda es 88,5% y para el IIF 87%), la de las empresas financieras y no financieras e incluso la de los hogares.

El sector financiero llegó al 16,6%, número idéntico al de las empresas no financieras, y los hogares, al 6,9%. Todos los sectores juntos sumaban 92,8% hasta el primer trimestre de 2018.

El ratio deuda/ PBI acarrea un doble problema para el futuro de la Argentina: por un lado, es uno de los indicadores más mirados por los inversores financieros para determinar si continúan apostando por una economía y, por otro, es muy sensible a las variaciones del tipo de cambio.

Por eso la devaluación del 2018 hizo que la deuda pública sobre PBI se disparara desde 56,6% hasta 86% (se moderó gracias al atraso cambiario del último trimestre, ya que había llegado al 95%). Luego en el primer trimestre volvió a saltar hasta 88,5%, según los números de Hacienda.

El sector público fue el que traccionó el gran salto del ratio, tanto por la criticada estrategia oficial de financiamiento en dólares como por la inestabilidad del precio de la divisa.

El FMI alertó sobre los peligros que acarrea la potencial disparada de la fuga de capitales en ese sentido (Ver página 3). Y es que en plena incertidumbre electoral, que se suma a la ya existente inestabilidad macro generada por el rojo de balanza de pagos en 2018, una dolarización acelerada podría implicar una nueva devaluación y por ende una nueva disparada del ratio.

El Fondo afirmó: "La elevada deuda pública y las necesidades financieras, más la alta sensibilidad frente a los movimientos del mercado, hacen que la sostenibilidad de la deuda argentina esté en riesgo.

El ratio de 87% sobre PBI para la deuda pública, combinado con que mucha de esa deuda es en dólares, y el relativamente bajo ratio exportaciones/ PBI, implican que la situación de la deuda es vulnerable. A eso se le suma la incertidumbre electoral".

Sin embargo, hacia adelante fue optimista y señaló que espera que en 2020 decline a 77% y a 60% en el mediano plazo.

Un informe publicado por el CEPA fue crítico: "Estimaban terminar el 2018 en 78% y cerró en 86,3%. Las groseras diferencias en las proyecciones y el resultado real de las políticas aplicadas termina dañando la credibilidad de las autoridades locales y del organismo y pone en serias dudas la capacidad de repago de las deudas".