El supercepo implementado por el Banco Central la semana pasada ha dado sus resultados. Permitió contener la sangría de reservas que corría a un ritmo insostenible y amenazaba con vaciar las arcas públicas. Por eso, Alberto Fernández le reclamaba a la actual gestión medidas para frenar esa dinámica.

Ahora, tras el endurecimiento de las restricciones, distintos cálculos privados estiman que el presidente electo podría asumir su mandato con un nivel de tenencias internacionales netas de alrededor de US$10.000 millones.

Después de las elecciones, la autoridad monetaria se apuró a bloquear el drenaje de divisas. Desde la aplicación del cepo light con tope de compras mensuales de US$10.000 para las personas físicas hasta el 25 de octubre, las reservas brutas cayeron US$10.549 millones, de los cuales poco más de la mitad se fueron por ventas del Central para contener el tipo de cambio. Pero, en modo campaña, el Gobierno decidió postergar el endurecimiento de los controles para después del 27 de octubre. Incluso a pesar de que el mes pasado fue el segundo con mayores intervenciones del BCRA en el mercado cambiario (casi US$4.000 millones) desde 2003, únicamente detrás de abril de 2018.

Así, durante la última semana la entidad que preside Guido Sandleris bajó abruptamente el límite de compras mensuales a US$200. También restringió los pagos al exterior con tarjeta de crédito y débito, y limitó los adelantos de efectivo en el extranjero a un máximo de US$50 por operación. Además, ajustó los controles sobre la adquisición de divisas para la importación. Esto hizo que la caída de reservas se modere y el BCRA pudo comprar unos US$260 millones al sector privado.

En función de eso, los analistas reacomodaron sus proyecciones. El economista del Cesur, Amilcar Collante; la sociedad de bolsa Balanz Capital; e incluso la consultora PxQ, que dirige Emmanuel Álvarez Agis, exviceministro de Economía de Axel Kicillof y hoy muy cercano a Fernández, coinciden en que la futura gestión recibirá unos US$10.000 millones de reservas netas. El número incluye las divisas contantes y sonantes del Central (excluidos el swap con china, los encajes de depósitos y otros préstamos), estimadas hoy entre US$7.000 y US$8.000 millones, más lo que queda en la cuenta del Tesoro en el BCRA de los dólares que el FMI envió originalmente para fortalecer las reservas (poco más de US$2.000 millones).

PxQ trazó dos escenarios posibles. El optimista se sostiene en que la liquidación de exportaciones continúe y, "dado que la demanda de divisas está contenida, el BCRA podría tener una posición neta compradora" por un promedio diario de US$60 millones. Con vencimientos en moneda extranjera por US$1.196 millones hasta el 10 de diciembre y una desaceleración de la salida de depósitos en dólares a US$95 millones diarios, Alberto recibiría US$42.637 millones de reservas brutas y US$11.537 millones de reservas netas. En el pesimista, en cambio, el Central no compraría divisas y se irían unos US$420 millones diarios de las cuentas bancarias, por lo que las tenencias brutas quedarían en US$37.506 millones y las netas, en US$10.389 millones.

Al respecto, Collante sostuvo: "Esto le va a dar un margen para iniciar la negociación de la deuda, que deberá hacerse pronto porque ya hay vencimientos importantes a principios de 2020. Sin eso, no se llegaba a pagar ni lo inmediato. Hay que tener en cuenta que las negociaciones llevan su tiempo y en el medio van a tener que seguir pagando".