Así lo aseguró Sebastián el nadador hipoacústico, que como consecuencia del aislamiento obligatorio,no pudo seguir entrenando en el Club y sus papás le construyeron una pileta con chapas, ramas y lonas en el fondo de su casa.

 “Esta situación nos afecta a todos, son momentos muy duros, pero yo siempre trato de buscarle el lado positivo a las cosas. “Estoy muy feliz porque ahora puedo entrenar en casa”. “Entreno todos los días, mi profe me envía la rutina” aseguró el nadador en diálogo con #Megusta97.

En ese sentido le agradeció a sus padres por esfuerzo y la ayuda que le brindaron a lo largo de toda su vida “Les agradezco desde el fondo de mi corazón por ayudarme siempre a ser mejor. No sólo con la pileta, en todo mi crecimiento”. “Todo lo que haga de ahora en más se lo voy a dedicar a ellos” esbozó Sebastián.

Antes de finalizar, el deportista aseguró “espero ansioso que pronto termine todo esto para volver a entrenar y volver a las competencias”.

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